En mayo de 2012, Roberto Adinolfi dirigía Ansaldo Nucleare, que construye centrales nucleares en toda Europa, incluida una en Kroko, Eslovenia, y Cernadova, Rumanía. Adinolfi tenía poder, dinero, prestigio e influencia. Para él, el sufrimiento y la muerte de Fukushima, Japón, no han sido ni lejanamente tan reales como su espaciosa y climatizada oficina o su lujosa casa de Génova o sus trajes caros.
A veces, hay que romper algunos huevos para hacer una tortilla. Además, ninguna de sus trampas mortales se ha Seguir leyendo EEUU.“Una visión del futuro: Donde todos los Roberto Adinolfi cojean”, del preso anarquista Sean Swain