Martes 8 de noviembre de 2011
Colaboracion enviada al mail aplaplac.la.del.monito
Luego del ataque al conglomerado COPESA, pasaron unos días hasta que se hizo publico el comunicado del grupo que se adjudico dicha acción. En este se planteaban las razones de dicho ataque, cuestiones que en cierta manera eran de conocimiento publico para varios. La actuación de la Prensa no ha de verse separada del Capital, es mas, podríamos decir que el capital contiene a la prensa, la despliega como su dispositivo reforzador de la seudorealidad en que vivimos. Con esto no decimos que vivamos en un mundo de “imágenes”, mas bien la realidad en su totalidad ha sido reemplazada por la parte que manifiesta el dominio de la mercancía (Ahí claramente lo que tenemos es una vida mediatizada por imágenes en tanto la economia se ha autonomizado al grado de la abstraccio total, que tiene como resultado las mistificaciones totales que genera el capital en su proceso de reproducción) Es ahí donde la prensa como varios otros aparatos del Estado, cumplen la función de colaborar en crear o cimentar escenarios que no son “ilusorios”, sino que corresponden a una (seudo)realidad material concreta invertida, pero que por su carácter contradictorio esta siempre amenazado a que la practica cotidiana descubra dicha inversión.
En cierta manera aquello ocurre en grados menores…de ahí la existencia del monopolio de la violencia por parte del Estado y del control social en todas las expresiones que podríamos categorizar. Las relaciones mistificadas dan lugar a condiciones reales donde la acción queda aprisionada en roles y guiones que ni siquiera nos hacen actuar, simplemente ser espectadores de nuestra propia mentira.
Del Comunicado a la Editorial…
Pero volvamos a lo otro. Resulta bastante llamativo que luego de publicado el comunicado de la acción contra COPESA, el diario La Tercera no haya realizado casi ninguna alusión. Antes de que este se hiciera publico, solo se mencionaban “condenas”. Una vez que apareció la reivindicación, medios como El Mostrador, Cooperativa, etc.; dieron cuenta de ello. Si es verdad que dicho comunicado tenia copia a Televisión Nacional y La Tercera, como dicen los compas de hommodolars, resulta extraño que solo el día domingo el diario afectado haya dicho algo. Y lo que dijeron no fue poco: una editorial. Quizás esto se debió a que extrañamente, al menos en Internet, varios sitios colgaron párrafos extensos del comunicado. Nos referimos a sitios de “prensa”. Quizás esto alerto a La Tercera. El contenido del comunicado no era del tipo “consigna”. Era casi una enumeración de hechos que ponen en tela de juicio para el “mutante” la supuesta objetividad que dicen tener estos medios. Aquello que ellos y un pequeño puñado de indeseables saben, se ponía a disposición de cualquiera. Por ello la editorial dice mucho. Pareciese que hubiesen leído con detención el comunicado y en base a ellos comienzan su discurso editorial. Casi como una respuesta publica, casi como los aburridos columnistas que escriben algo y al día siguiente aparece la respuesta de un aludido. El titulo ya da alguna pista: “Un ataque grave que no amedrenta”. En primer lugar se dice que desde que empezaron los “atentados” (que para ellos es el año 2006), es primera vez que afecta a un medio de comunicación. Eso es falso pues recordemos que hace ya varios años estallo una bomba de ruido cerca de LUN, así como se no exploto una bomba en El Mercurio de Valparaíso. Estos medios en dichas ocasiones, solo dieron su visión en la forma de información sobre el acontecimiento. Estos medios jamás “respondieron”. Y nos referimos con esto a que la editorial de La Tercera se basa en dos cuestiones: reafirmar su independencia y alertar sobre las catastroficas consecuencias de que esto siga ocurriendo. Lo primero es extraño…digamos, ¿Por qué reafirmar aquello? Quizás el contenido del comunicado molesto bastante. La impunidad con que esta gente trabaja con la policía, crean escenarios, delatan y hasta se prestan para ser testigos protegidos quedaba a la luz de varios que no suelen tener idea de aquello. La objetividad que el capital obtiene por la prensa parece que se entendió para los dueños de copesa como algo que se estaría poniendo en cuestión. No por nada se dicen cosas del tipo: “La intención de sus perpetradores es amedrentar la labor periodística que lleva adelante Copesa. Por lo mismo, como han sostenido la Sociedad Interamericana de Prensa y la Asociación Nacional de la Prensa, el atentado del martes en la madrugada constituye un desafío contra el derecho del público a estar informado y una amenaza contra la libertad de expresión”. Pero esto seria un aliciente para ellos para reafirmar “la convicción de los directivos y trabajadores de Copesa de continuar desarrollando su tarea informativa de acuerdo con los criterios de independencia y profesionalismo que guían constantemente su acción”. Básicamente están casi haciendo un “desmentido publico”. Si en el comunicado se decía sobre La Tercera que “estos cómplices de la dominación despliegan su tarea fáctica, que no es otra que ejercer como la policía escrita que ha enfrentado a la rebeldía, persiguiendo, apuntando y allanando el camino para la identificación de los luchadores”, la Tercera responde diciendo que ellos realizan la labor de mantener informada a la gente. Si el comunicado les asignaba que en momentos de agudización ellos asumen “una suerte de vocería de los poderosos”, la respuesta es que la tercera tiene criterios de independencia. Cuando se les acusa de ocupar “ese asiento que se les reserva en los carros policiales, ese escudo verde que los protege en las manifestaciones, ese rol de delatores que con gusto asumen”, la editorial habla de su “profesionalismo”.
Quizás las piedras y golpes que empiezan a recibir con más frecuencia en las manifestaciones no les afectaba tanto. Pero la enumeración de las evidentes alianzas entre la prensa y las policías, además de los nombres de los bastardos que se sabía eran quienes se prestaban para aquello, puso en alerta una vez más a este conglomerado.
Y como si el dicho de “la prensa apunta, la policía dispara” fuese una caricatura, los párrafos siguientes de la editorial dejan en claro que de burdo, la consigna mencionada, no tiene nada: “Resulta preocupante que, luego de un período de relativa calma, los atentados hayan recrudecido en el último tiempo: en 2010 se registraron 10, mientras que este año ya van 11 explosiones y un total de 32 bombas detectadas. Parece decepcionante que, frente a la evidencia del peligro para la seguridad pública que representan estos ataques, la respuesta de los organismos a cargo de neutralizar a estos grupos haya sido hasta ahora casi completamente ineficiente. Las investigaciones realizadas por el Ministerio Público no han conducido a resultados positivos y todo indica que la policía no ha sido capaz de infiltrar y realizar operativos de inteligencia fructíferos para neutralizar las actividades de los terroristas. Es necesario redoblar los esfuerzos para desarticular a estos grupos, antes de que Chile tenga que lamentar muertes y una escalada que puede traer nefastas consecuencias” Un llamado urgente a hablar de “terrorismo”, a alertar con consecuencias nefastas y “muertes” donde podemos volver a leer algo así como casi una respuesta al mismo comunicado donde se dice “La complejidad está representada por la planificación meticulosa y la generación de criterios de seguridad que apuntan a evitar a toda costa un posible daño a transeúntes (uno de los principales argumentos engañosos que quieren reproducir en la masa ciudadana).Los hechos hablan por sí solos: cientos de bombas y ningún heridx externo”
A estar «atenti»…
La razón final de esta breve opinión es la evidente intencion para la reactivación de próximas campañas mediáticas en torno ya no solo a las bombas, sino a la lucha callejera y cualquier expresion que altere las relaciones de explotacion y puedan desplegarse al punto de destruirlas. Esto no es el comienzo pues desde sus paginas podemos extraer que la cruzada contra cualquier acción que altere la normalidad esta iniciada hace decadas, agudizada cada cierto tiempo, pero con la sensación de una total impunidad de quienes escriben. Esta claro que como dicen, nada los amedrentara.
Ya se han sentido tocados, y si antes el ataque a todo lo que huela a subversión lo hacían con el objetivo de mover a las policías en pos de mantener el preciado orden; hoy es probable que empiece a realizarse mas fuerte que nunca la frase de que “la prensa apunta”. Si ya antes intentaban por todos los medios encuadrar el significado de toda acción en sus parámetros con la intención que no desdibujara los límites de la seudorealidad de la mercancía, quizás ahora la estrategia será una verdadera sinfonía de venganza. La pregunta aquí es obvia ¿en que puede cambiar lo que se esta haciendo ahora desde el proletariado, con lo que se hacia antes en relación a la posición ya clara de la prensa? ¿se traen algo entre manos, por ejemplo la extraña «noticia» de una bomba en el transantiago?.
Solo más adelante lo sabremos, pero hemos de tener claro que, como se dijo, prensa y capital son uno. Las acciones del Estado contra los proletarios van siempre acompañadas de su correlato mediático. Existe un cierto “equilibrio”. Influido, claramente, por las facultades que además ese Estado posee. Sabemos que poco le importa su estado de derecho, pero la violencia del Estado experimentada en estos últimos años esta lejos de ser la expresión límite de lo que puede realizar. Nuestra clase, o sectores de ella, saben que dependiendo de la formalidad que se imponga el Estado corresponderá el grado de control y violencia social. El proletariado también responde dependiendo de cómo el enemigo (que puede ser consiente o no) asume su posición. No se necesita un militar para legitimar lo que se hace. El capital hoy posee métodos mas sofisticados. La problemática reside en como nuestra clase comprende lo que esta dispuesto a realizar ese enemigo, y lo que ella misma sabe puede llegar a hacer. Por ejemplo, este año las movilizaciones estudiantiles han llevado a entrenamientos de lucha callejera en cada marcha. La policía ha actuado brutalmente pero también ha recibido lo suyo. El Estado y la prensa legitiman mas fuerza, pero la experiencia ganada lleva a que el mismo subsecretario del interior diga que los “violentistas” antes eran 300 y ahora como 2000. Los proletarios en guerra están en condiciones, y así lo han demostrado, de soportar la violencia del estado, de seguir ahí, enfrentándolos. Cada bando ha aumentado cuantitativamente su fuerza. Lo que como clase requerimos son saltos cualitativos. Y estos se van generando en la lucha misma, en la retroalimentación, etc. El Estado puede cortar de raíz los espacios y relaciones para desarrollar esta lucha. Un ejemplo al azar es lo ocurrido con las casas okupa. De ahí que hemos de tener mas claro que nunca que los golpes vendrán, y ante ellos hay que estar preparados. El Estado puede aumentar este conflicto artificialmente, es ahí donde se requiere no esperar la acción del enemigo para ir creando (abriendo) las condiciones de nuestra propia emancipación, la ruptura con el mundo de la mercancía; sino ahora y en cualquier momento estar en dicha tarea. Ir un paso más adelante que ellos, sobretodo cuando su posición de clase se convierte bajo la forma noticia en descripción y reforzamiento de la seudorealidad.
Atentos quiere decir potenciar y desarrollar la lucha…
Urge comprender las situaciones del movimiento que tiende a la abolición de lo establecido, sobretodo en su dispersión. Sabiendo en que lugar estamos, sabemos que podemos realizar, que capacidad tenemos de concretar un objetivo. Que no nos sorprenda si empezamos a leer artículos sobre nuevas especulaciones de quienes están detrás de los malvados encapuchados y se apunte a cualquiera. Ya lo hicieron y se ve un patrón: ex subversivos, anarquistas, etc. Pero esto puede extenderse.
Hay varios que asumen tareas de colaboración con proletarios en lucha que pueden pasar desapercibidas por no tener espectacularidad, y es a ellos a quienes también pueden atacar si sus puntos de partida pueden llegar a la conclusion de una subversion de lo establecido. De ahi la premisa casi obvia que el Estado esta siempre en guerra, abierta o suave, pero actuando. Permisivo algunas veces, otras no. Requiere legitimación pública: tomar un pedazo de la seudorealidad y mover las piezas para que ella “hable” como se desea. Y se vuelva “peligroso”. Los lugares comunes en algún momento van a dejar de ser nombrados en las páginas de los boletines policiales, conocidos como prensa escrita. Y lo peor que podríamos hacer es razonar bajo la lógica que el poder desea: “nos echaron a perder el trabajo porque otros son violentos”. No. El trabajo se pierde cuando se cree que no se es peligroso para el Estado, cuando se cree que se esta haciendo algo que no es “delito” porque juridicamente no esta tipificado. Cuando creemos que no somos proletarios, que no somos el enemigo del Estado. Cuando dejamos de lado capacidades y tareas que creemos no serán nunca necesarias. Cuando separamos acciones, relaciones o practicas de lo que algunos consideran “su movimiento”. Cuando creemos en que luchamos por una reivindicación especifica y nada tenemos que ver con otros que luchan por otras cuestiones, llevándonos a aislarnos de otras luchas, a uno mismo rechazarlas. A mantener la separación. A culpar a otros porque “nos cagaron”. Cuando en definitiva, nos negamos a llevar hasta las ultimas consecuencias nuestras premisas de lucha. Porque claro, otras no pasaran de su reforma.
Las movilizaciones se mantienen, pero en tanto se mantengan aisladas y no reconozcan métodos emergidos de la historia de la lucha de clases como propios y se centre la fuerza en verlo como separado, seremos presa fácil. “Mensajes” del poder hemos tenido varios. Se han mencionado. Aquí se intenta identificar otro que no tengo memoria de haberlo visto: una casi respuesta de un diario a una acción contra ellos. Una editorial que asume la cuestión de manera más directa. Porque ya no es la defensa de la propiedad privada encubierta como defensa de la “ciudadanía”. Es la defensa de la legitimidad del correlato que acompaña las acciones del Estado. Y la idea no es darle más importancia de lo que puede tener un simple bombazo. Es recordar que cada acción del proletariado contra la sociedad burguesa implica una respuesta contra nuestra clase. Y dependiendo de cómo toma esa agresión el capital, será su respuesta. Ya tuvimos lo ocurrido el 14 de Agosto. Un golpe que se sabía en cierta forma. Quizás difícilmente evitable. Ya tenemos en el congreso la ley de la cámara de comercio que el gobierno usa para tipificar como delito una amplia gama de acciones históricas del proletariado en lucha. Si el Estado aumenta su presión, no podemos quedarnos mirando como algunos caen o caerán, pensando que no somos parte de “sus” luchas; así como no podemos mirar a los que nos miran, tildandolos de amarillos que se cuidan el culo y despotricando con baba en la boca por lo que hacen. Claro que esto ultimo puede ser verdad en tanto hay luchas que están condenadas a no ir más allá de la reforma, pero otras contienen un desarrollo más allá que depende de hasta donde se puede ir en sus consecuencias lógicas. Es ahí donde el proletariado ha de reconocerse como clase destructora, enemiga del capital y el Estado.
Es ahí donde varias necesidades que comprendemos surgen de las contradicciones reales, hemos de evitar sean encuadradas por los verdaderos infiltrados que intentan apropiárselas para sus proyectos inclusivos y subordinados a la democracia liberal. Es en ellas donde antes que despotricar, si comprendemos sus posibilidades, hemos de llevarlas a su desarrollo inevitable. Las otras, que se hundan solas.
Es ahi donde debemos estar atentos a la prensa cuando asume que es un «objetivo», ya no solo sus esbirrros en la calle (periodistas). Ahi es donde debemos recomponer la comunicacion proletaria que ha de ser teoria y accion.No contrainformacion. Ha de ser Comunicacion que cumpla las tareas de contener y atacar por estos canales la verdad del estado/capital; un ataque que ha de ir en conjunto con las otras tareas en pos de la apropiacion y destruccion de la realidad inmediata al tiempo de la apertura de lo excluido de lo real (lo no visualizado y existente para la mercancia ) Hablamos de algo integral, global, total. Algo que si continuamos basandonos en su separaciones , seremos más faciles de cazar que una rata…seremos como una zanahoria que se caza…