Texto del ecoprisionero Steve Murphy

Fuente: la cizalla acrata

Amigos,
Me gustaría empezar agradeciendo a todo el mundo que me ha mandado cartas o ha donado dinero. Esos detalles realmente ayudan a hacer esta situación surrealista un poco más llevadera. Se que no hubiese podido sobrellevar todo esto sin vuestro amor y vuestro apoyo.

He estado encerrado desde hace 17 meses, y aun me quedan otros 29 o 30 para salir. La cárcel en la que estoy me permite cierta libertad ocasional de movimiento, comida adecuada, asistir a algunas clases vocacionales, contacto por teléfono y e-mail, y visitas cuando algún amigo decide venir a visitarme. Y todo esto es bastante más que lo que te dan en otras cárceles. Para muchos, la cárcel es como un cuento de terror que tu y yo no podemos ni siquiera intentar entender. Para muchos, la cárcel es estar encerrado en una celda minúscula las 24 horas al día, los 7 días de la semana, el único movimiento o ejercicio que pueden hacer es al luchar por no ser pinchado o cortado, acuchillado e inyectado de nuevo. Para muchos, esa minúscula celda es la única vida que conocerán hasta el fin de sus días, y morirán sin volver a ver un árbol, respirando aire limpio, o sintiendo el amor de alguien que les quiere y realmente se preocupa por ellos. Me siento solo por la falta de contacto humano, pero me siento afortunado de que solo me queden 29 meses cuando a otros les quedan años. Pero sé que sobreviviré a esta miseria porque se necesita gente que, como tú y como yo, supere estas pruebas. El planeta, los animales que nadan, vuelan, corren y gatean, la gente nos necesita para sobrevivir a estas torturas momentáneas de nuestro espíritu. He perdido mucho por estar encarcelado, pero ¿qué he perdido realmente? Una pareja y unas cuantas posesiones materiales, pero si por la apatía no hubiese limpiado el aire que respiramos el agua que bebemos, entonces habría perdido mucho más.

Me alegra oír que cada vez más gente se está involucrando en proyectos de jardinería urbana. Es algo que será muy importante en los próximos años. No cabe duda de que habréis sido testigos, o incluso habreis vivido las recientes y catastróficas tormentas que han sepultado buena parte de los Estados Unidos bajo capas de nieve y hielo, o habréis oído sobre las inundaciones en Brasil y Australia, forzando a millones de personas a desplazarse, causando billones de pérdidas en daños, y un indescriptible terror y sensación de caos a todos los animales que no fueron lo suficienteente rápidos o no fueron capaces de escapar de la ira de una madre terriblemente enfadada. Los eco-científicos dicen que la selva amazónica sucumbirá a la “tendencia del calentamiento” a la que ahora se está enfrentando. Y yo sigo comiéndome la cabeza, preguntándome de nuevo cuánto tiempo habrá de pasar para que dejéis de usar vuestros coches, qué mas necesitáis saber para dejar de comer carne. ¿Necesitáis realmente ver al último pez ahogándose en los océanos, los mares o las orillas debido a la cantidad de polución vertida al agua cada día? ¿Necesitáis realmente ver al último pájaro y a la última abeja caer desde el cielo debido a que su comida está contaminada con tóxicos?

Un bonito añadido a vuestro jardín urbano sería una bicicleta, preferiblemente una construida por vosotros mismos, que sustituya a esos monstruos de hierro. ¡Monta tu bici! ¡Que se jodan los coches! No los necesitáis. ¿Qué hacíais antes de tener uno? Montar una bici ¿no? Ninguna comunidad ni ninguna ciudad es tan grande como para tener que llenarla de mierda conduciendo un coche.

Paz y amor, Steve

Steve fue condenado a 5 años de cárcel por acciones reivindicadas por el Frente de Liberación de la Tierra.

STEVE MURPHY
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