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20 de marzo, 2011 «La noche del domingo a la 1:45 a.m. Tesco’s en Hucknall Road fue visitado por algunos individuos. Como resultado de esta visita, la puerta de entrada fue destruida y “todos los pequeños daños» fue escrito en su pared. Hicimos esto por el odio hacia la manifestación física del capitalismo que es Tesco.

También lo hicimos como un gesto de solidaridad con el pueblo de Kulon Progo en Indonesia, quienes luchan con belleza, rabia y rebeldía contra las fuerzas capitalistas que están tratando de destruir sus tierras. Sabemos que nuestros esfuerzos son leves, pero que se envían con amor para todos los que luchan contra los sistemas de destrucción y dominación.

Sabemos que el capitalismo es más que los ladrillos y el mortero con los que estos edificios fueron hechos, sabemos que ellos son más que las empresas que realizan estos edificios. El capitalismo vive en nuestras interacciones y en nuestras relaciones, y nosotros tenemos que desafiarlo constantemente. La destrucción de la propiedad sólo puede ser siempre una forma de este desafío, una de las tácticas que podemos utilizar siempre que lo creamos conveniente. Pero es una donde somos capaces de compartir nuestra afinidad con otros, aprender unos con otros, desarrollar la confianza entre sí, estos actos nos permiten temporalmente atravesar nuestra relación con el capitalismo. Lo que nos permite demostrar que no es infalible, que tiene su debilidad, y que podemos aplastarlos.

La expresión de nuestra ira contra los símbolos del capitalismo nos da poder y profundiza nuestro deseo de deformar el control que la sociedad capitalista tiene sobre nosotros. No vamos sólo a recostarnos y dejar que empresas como Tesco no nos den respuesta mientras intentan arrasar con las comunidades de las cuales somos parte. Tesco es el epítome de la explotación empresarial y la monopolización. Beneficiándose de la comercialización de nuestras dietas, de nuestro alimento y de nuestra relación con la tierra.

La cadena de mercadería de la que ellos están separados es una cadena donde todo y todos sufren. Pues vete a la mierda Tesco, váyanse a la mierda destructores corporativos de la tierra y todo lo que vive en ella.

En gloriosa furia y con amor eterno a todos aquellos que se resisten a la explotación empresarial.»