«Por un futuro sin control social»Desde la novedad de la división de ministerios, apartando al de Justicia del de Seguridad, da para reflexionar en ambos ámbitos.Para las que estamos bajo la tutela de los servicios penitenciarios, al parecer no cambamos de Ministerio, aunque se trate de una fuerza militarizada de la cual también debería drenar estructuras dictatoriales.
Como todos sabemos, desde 1983, el país está en Democracia, un Estado de Derechos, que abandona el yugo de mandos militares. En el submundo carcelario, esto nunca sucedió, solo existen cinco países en el planeta tierra, con un servicio penitenciario militarizado, la modernidad en este sentido, jamás llegó a nuestra tierra.
Ante la noticia de que este nuevo ministerio, una reflexión de lo que significaría, que absorbiera la responsabilidad de las fuerzas penitenciarias, por un lado, no estaría del todo mal que los señores jueces (que en teoría deben salvaguardar nuestros derechos e integridad física, mientras a cargo del Estado nos encierran) no perteneciesen al mismo superior ministerial que el servicio penitenciario, ya que si imaginamos diferentes competencias de ministros, tal vez se cumpliesen con más rigor las funciones específicas de los jueces de Ejecución Penal, las cuales en la actualidad dejan mucho que desear, por dejar dictaminar, decidir, o dar su conformidad a la Unidad Penitenciaria correspondiente, dejando en su poder y sin posterior control todo lo referente a los detenid@s.
En el antiguo Ministerio de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos, la subsecretaría de asuntos penitenciarios funciona como un apéndice de la Justicia, al ser su brazo ejecutor, sin dejar de ser una fuerza militar.
Por otro lado, el disenso presentado sobre el tema de la seguridad plantea un plan integral de prevención que al no cubrir el sistema penitenciario, deja de se integral.
Esta controversia, deja una vez más, en el abandono de una moderna purga humanitaria, a una fuerza de Seguridad, de estructura militarizada, heredada de la dictadura militar.
Siguen quedando miles de personas bajo el poder de las botas, con toda la impunidad que ello conlleva. Cuando una persona es condenada por un delito penal, a lo único que se la condena es a permanecer en un recinto cerrado y custodiado, no a sufrir las decenas de castigos que el servicio penitenciario impone (régimen militarizado, aislamiento del núcleo familiar, inadecuada atención médica, irregularidades en el régimen laboral, entorpecimiento de actividades culturales o formativas, apremios físicos y psicológicos, etc,) además de poder sobre los beneficios con fines de progresión hasta la libertad
Ante la existencia de la Ley 24.660, donde estipula con sus artículos, cómo, dónde, cuánto ha de cumplir su pena cada persona, las irregularidades son a montones, sobreponiendo normativas o reglamentos de la fuerza.
Esto a lo que hace referencia a los servicios penitenciarios Federal y Provincial.
Otro ámbito de esta novedad Ministerial es el discurso de estos días por parte del Ejecutivo. Con el modernizante método copiado del primer mundo, de una policía más pacífica, que no reprima protestas sociales y diferencien el crimen organizado de los delitos económicos causados por la inequidad social. Esto por experiencia europea significa un aparato de inteligencia superior y más tecnológico.
A mi entender, que no utilicen la fuerza en las manifestaciones populares de protestas o reclamos, no significa la posibilidad de que no existe la persecución política, a través de seguimientos, filmaciones o escuchas de la telecomunicación. Ante este nuevo panorama, no debemos olvidar, que dentro de un Poder Judicial que se maneja con ideologías conservadora fascistas y discriminadoras, se les ha entregado la herramienta tan peligrosa: LEY ANTITERRORISTA, en la cual incluyen cualquier idea, hecho o consecuencia que no respalde sus «principios», como la propiedad privada u otras ideologías desacordes.
MI visión, me lleva a la conclusión, que el ámbito de la militancia, sobre el correspondiente a la juventud, no tiene ni la experiencia ni las herramientas adecuadas para enfrentar este tipo de represión ideológica basada en Inteligencia y tecnología superior. Creo que en tiempos modernos, amerita tener conciencia de los significan «modernizar» el aparato policial.
Espero lograr que los lectores reflexionen y sepan visualizar este punto de vista, por un futuro sin tanto control social llamado seguridad.
La Galle