Desde alguna parte de este escénico invento del “progreso” burgués llamado $hile, hemos decidido dedicarte unas cuantas líneas, y que quizás no siendo mucho, sabemos perfectamente que las sabrás apreciar. La decisión de asaltar con el arma del deseo y la solidaridad, un momento y un espacio que nos ha delimitado la locomotora de la dominación, nos lleva hasta ti por medio de estas fraternas palabras. El espectáculo moralizante de la “ciudadanía” actúa como una poderosa jaula para quienes buscan expandir la crítica hacia lo existente, es éste, por lo tanto, el primer carcelero al que debemos prenderle fuego. Romper con la faena del hombre caricaturizado bajo comportamientos industrializados por la mano del Poder, es también romper con el estrangulamiento de nuestras particularidades por medio de la lógica del hábito y la “normalidad”, entendiéndolo, junto a otras invenciones de la civilización, como nuestro sanguinario verdugo. Antes de comenzar estas cálidas palabras hacia ti, queremos decirte que nos cagamos en lo que tú te cagaste, nos cagamos en lo que las “demócratas” cloacas absolutistas imponen como un órgano indispensable para la vida del tejido social; ¡nos cagamos en la ciudadanía y en las fábricas de lo “ejemplar”! Nosotrxs no tenemos nombres, ni catalogaciones, sólo somos nosotrxs.
Rodeado de máquinas humanas que parafrasean a los medios, que vociferan un orden que no existe y olfatean alienadxs la putrefacción del capitalismo y su funcionamiento esclavizante, nuestro alboroto de ideas y reflexiones se han universalizado para entregarte un caluroso aullido de hermandad. Hacia ti nos dirigimos, compañero, que en estos precisos instantes yaces limitado físicamente dentro de los barrotes aislantes del poder; la cárcel, lugar el cual sabemos que jamás aprisionará tus ideas, menos el profundo amor que sientes a la libertad. De seguro tu encierro generó orgasmos en la autoridad, quienes estaban decididxs en “atraparte” y “juzgarte”, quienes se masturbaban con la idea de flagelar tus convicciones mediante el castigo, quienes, con tu caso, intentaron proyectar una “advertencia” hacia aquellxs que se rebelan contra los ritos y los códigos de la subordinada sociedad moderna y los símbolos del nefasto sistema Kárcel/Kapital. Es evidente que tu encierro fue un estímulo para lxs fabricantes de la articulación social –concebida- como un orden “natural”. Supiste burlarte de ellxs, ya que tu tiempo en clandestinidad les sacó amargas expresiones y constantes especulaciones, más aún porque estabas disfrutando del amor de tu familia, hecho que ellxs no podrían concebir como plan posible por parte de alguien a quien consideran “terrorista”. Rechinaban sus dientes mientras intentaban dar con tus huellas; ¡bestias cobardes que incluso desquitaron sus frustrados alardeos de poder sobre tus cercanxs!
Entre miserables cuerpos anclados por los quehaceres, se vislumbran presencias como la tuya. Cada golpe aglomerado en el tránsito paradojal de las cosas, es sino la esencia misma de que tenemos algo por qué vivir, algo por qué sonreír y algo por qué morir. El/la enemigx busca desesperadamente a personas como tú. Aquellas personas con la capacidad de explosionar la caníbal ideología de la domesticación. Los hombres se devoran entre hombres. Los espacios de la ciudad son la plataforma de una invisible destrucción. Aquella se palpa desde que nos levantamos en la mañana, hasta que nos acostamos por las noches. La propiedad es sinónimo de ruina, y nuestros afectos hacia ella son el desmoronamiento de nuestra esencia emocional. No hemos destruido nada, porque nada es lo que se ha construido. Por ello, sabemos que hablan de un orden, y también tenemos presente que éste no existe.
En medio de una pestilente y enajenada masa incapaz de encontrarla libre reflexión por sobre el desgaste cotidiano y la pasividad, intentan desmoronar tu presencia en la reclusión, el séquito del Poder lo desea, tropa de asquerosxs amparadxs por cúpulas de libros llamados “leyes”. A medida que la ruleta de los días avanza nuestro profundo amor al disturbio aumenta, las ganas de presenciar esta pseudorealidad incendiada crece. ¡¡Sus granuladas normas sólo tocan nuestras almas para ser debidamente escupidas!! Gobernantes, fiscales y policías:¡¡ lxs hijxs de una arrebatada libertad acumulan rabia entre las sombras de su voracidad!! Amamos con fuerza el deterioro de su falso equilibro social, el grito de lxs insumisxs reclama a un hermano, amante y sonriente caminante.
Solidarizamos contigo en las calles y en la negación de lo establecido. ¡Estuviste, estás y estarás con nosotrxs! Con amor nos despedimos de ti, compa.
¡Solidaridad activa con Hans Niemeyer!
Individualidades Anónimas