El compañero Tasos Theofilou fue encarcelado el agosto de 2012, acusado de un atraco a un banco en isla de Paros y pertenencia a la Conspiración de Células del Fuego. Él mismo niega estas acusaciones. Ya hace tiempo hemos presentado sus primeras cartas (http://liberaciontotal.lahaine.org/?p=4693), también se ha traducido un poema suyo (http://publicacionrefractario.wordpress.com/2012/12/27/grecia-poema-del-prisionero-anarco-comunista-tasos-theofilou/). Los siguientes son varios textos y poemas suyos, llenos de humor sutil y tristeza profunda, a veces reflexivos y analíticos (ver “Algunas reflexiones en torno del “tráfico de esclavos”, enfocado en ciertos poco debatidos aspectos de la llamada “inmigración ilegal” y por esto muy actual en toda Europa del Sur, pero no sólo), a veces irrelevantes, siempre conscientes pero nunca políticamente correctos, así como la cotidianidad misma de un anarquista en prisión.
Diario carcelario 06/09/2012 En algún momento hemos llegado a Domokos. Esta ciudad no la conocí por su famoso queso tradicional sino por la cárcel que se llama así. Por esto siempre decía “la Domokos”, es decir en femenino. Así como siempre decía “la Avlona”. De hecho pienso que ambos nombres son masculinos. El viaje ha sido interesante. A una escolta semejante le envidiaría incluso el presidente de la democracia. Con única diferencia que éste no estuviera atado por detrás con cuatro tipos tapados vigilándole. Por cierto, uno de ellos, el conductor, era simpático. Durante todas las cuatro horas del trayecto las esposas eran apretadas hasta el límite, el resultado siendo el hecho que sentí como si fuera corriente eléctrico golpeando mis, de todos modos ensangrentadas, muñecas. Los dedos pulgares aún los tengo entumecidos. 07/09/2012 La movida es un poco como youth hostel. Muchos idiomas diferentes, cocina común, convivencia obligatoria. El espacio está extremamente limitado. El patio tiene tamaño de piscina de un hotel de lujo y profundidad de 10 metros. Pues tanto como la altura de los muros que lo rodean. Si me entra gana de correr un poco, a cabo de un rato me siento como electrón, me estoy mareando y lo dejo. El hormigón y el alambre predominan. Por la ventana de mi celda, detrás de las rejas, veo un trozo del cielo adornado por un poco de alambrada. Por la noche no hay estrellas. El alumbramiento de los reflectores es tan fuerte que les hace desaparecer. 08/09/2012 Hoy está nublado. El color del muro es el mismo que el de cielo. Los nubes se pueden distinguir del muro sólo porque hay alambrada. Depresión. 09/09/2012 Anochecer Fuera hay un anochecer bonito. Sin embargo, los reflectores no te dejan ver la diferencia. Empiezo entender el verdadero sentido detrás de la frase “experiencia de encierro”. ¡Experiencia! Tal vez soy afortunado por poder vivir un estado psíquico que sólo una pequeña parte de la humanidad tiene la desgracia de vivir. No obstante, el hecho que no puedo salir al balcón para gozar a esta anochecer otoñal, me parece más que deprimente. Me parece pervertido y sádico. Bueno, no digo más. Aquí escribimos la Historia, ¿vamos a obsesionarnos con lo de la cárcel? No, no y otra vez no. Pero ya que lo estoy pensando voy a escribirlo, para que exista… 11/09/2012 En la cárcel puedes darte cuenta de las dos dimensiones de la existencia. La primera, aquella humana, la que oscurece viendo los muros grises. La que se da cuenta de que está existiendo y moviéndose en una tumba para seres vivos. Ni siquiera vivos. Algo parecido a vivos. La que dice: “¿Qué más vais a hacer cabrones para corroborar el hecho que nosotros tenemos razón? Y que nuestras luchas tienen razón verdadera. Tan material como vuestros muros.” Esta dimensión de ser que se está preguntando: “pues, ¿cuánto más todavía?” Esta que se piensa: “Si hay Estado de derecho como mucho hasta el juicio”. Esta que dice: “¿Cuál Estado de derecho?¿Y a ti que te importa el Estado de derecho? Callate y sigue nadando.” Esta dimensión que se imagina que está tocando caras queridas. Esta dimensión que ahora mismo se llena de lágrimas. Pero hay también la otra dimensión, que siendo igualmente humana como la primera coloca la existencia no sólo en las callejones sin salida personales de la cárcel sino dentro de la historia que cuenta: “yo soy parte de la historia y todo lo que vivo también lo es”. Que dice: “somos nuestros sentidos que nos han sido privados pero antes que todo somos nuestra Lucha. Y lo que ella deja detrás suyo. Lo que ella generosamente regala a la humanidad.” Esta primera calidad duerme dentro de una paréntesis amenazadora y sólo esta segunda puede mantenerla viva. Atardecer La Domokos, es decir la cárcel de Domokos y específicamente mi ala, es una torre de Babel criminal, pero el caos no es inminente. El griego y el ruso reinan, a pesar de que las diferentes “minorías étnicas” tienen derecho de hablar entre sí cada una en su idioma. Me parece que se empieza a crear un dialecto equiparable. Por ejemplo el insulto dominante es “pusti-muti” que significa “maricón de mierda” y viene del griego “pusti” que, como se sabe, más allá de describir la orientación homosexual está utilizado para hacer destacar la baja calidad moral de la persona. “Muti” es una palabra albanesa y significa mierda. Pues, así tenemos la síntesis de las palabras “pusti” y “muti” que nos da “pusti-muti” o sea “maricón de mierda”. 12/09/2012 Con qué facilidad se te puede cambiar tu ánimo en la cárcel…Basta una carta para trasformar tu pecho en una caldera de emociones. De las más heroicas hasta las más tiernas y al revés. 14/09/2012 Fuera hay relámpagos. Unas nubes pesadas. De manera esterilizada huele a una tormenta acercándose. Acá no hay suelo de tierra. No hay arboles. No hay muchas cosas que recuerdan a la vida. Sólo gente que sin parar vienen y van a lo largo de esos 15 metros de nuestra planta, monótonamente y cada uno jugando con su komboloi. Y se saludan casi cada vez cuando llegan a acercarse uno al otro. ¡Manicomio! El cimiento que les rodea poco a poco está chupando no sólo sus vidas sino además cualquier amor por ellas. Se supone que la condena que cumplen les priva su libertad. Pero en realidad les priva de sentimientos y emociones. Mediodía Viene un Albanés a nuestra celda. Está hablando con mis “compañeros de piso” sobre una peli que vio ayer por la noche en Nova. Dice: “A mi me gustan pelis como esa. Con guerra, disparos y matanzas.” Yo entretanto estoy sentado encorvado, trabajando sobre una novela, adaptación noir de “Otello” situada en la época actual. Levanto cabeza y digo: “Bueno, bueno. ¿Dónde se ha ido el romanticismo en esta cárcel?” El tipo me dice: “¡Las pelis de amor también me gustan pero me duele el corazón!” Pienso: en vez de que yo salga de aquí más masculino, los demás saldrán más metrosexuales. Tarde Convencí a un Albanés de mi celda a leer Nazim Hikmet. Leyó el libro entero. La vivencia común de encierro causó un milagro. Tarde, alrededor de las 7 Por fin llegó el mp3. Subo a la palmera (palmera se llama la cama de arriba) y escucho. Primera canción es de Himerini Kolimvites. Como desparejada es la voz de Bakirtzi con todo lo demás…La atmósfera se hace un poco más dulce. En algún momento termina el álbum. Continúo con Thanasis Papakonstantinou. Lo etéreo. ¿Dónde se puede fugar la mente si han encerrado tu cuerpo? Prefiero una más material aproximación a la fuga. No obstante, lo pongo 5 o 6 veces más. 15/09/2012 Uno que ha sido preso en nuestro ala y que salió hace medio año, ha muerto en un accidente de tráfico. Sus amigos están en mi celda y hablan sobre lo ocurrido. El Albanés está tumbado en la cama jugando con su komboloi. En algún momento dice: “En Körçe tuvimos una vecina que su hijo siempre se lo llevaba la policía. Una vez los vecinos le dijeron a ella: ¿Qué pasa con tu hijo que continuamente se lo lleva la policía? Y ella entonces dijo: La policía que se lo lleve, pero ¡que no le pille su padre!” “Ahh, ese optimismo de una madre albanesa…” pienso yo. 16/09/2012 Hoy es Domingo. He trasnochado ayer y hoy me he despertado tarde. Los viernes y los sábados estoy trasnochando. Así de simple, para aparentar el pequeño-burgués. Fuera no tuve tal costumbre pero aquí lo encuentro divertido. Sentado miro la tele hasta muy tarde. ¡Me divierto un poquito, hermanos! El domingo por la mañana ponen la música a tope. Canciones populares de las diferentes países balcánicos se mezclan entre sí creando un ambiente que recuerda al barrio de Gizi. Tesis sobre la orgía represiva que ha estallado a partir del septiembre de 2009 El sistema de justicia penal por un lado constituye el dogma que consolida la ideología del Capital, hasta el grado que lo permitan las correlaciones sociales, y por el otro lado es un herramienta de redistribución de la ganancia al beneficio del Capital. Es parte de la economía. Es un mercado. Con sus ejecutivos, sus empleados y su clientela consumidora. Jueces, policías, abogados, carceleros, arquitectos de cárceles, fabricantes y comerciantes de las sistemas de seguridad, reporteros policiales, todos pueden encontrar su lugar en ese mercado, cada uno de su puesto produciendo el articulo llamado “crimen” y el articulo llamado “criminal”. Una mercancía capaz de producir mercancías. En los tiempos en que la mano de obra trabajadora como mercancía es casi inútil para el Capital, los que están excluidos de su ganancia no le sirven para nada más que ser la mercancía de la industria de represión penal. De este modo la represión penal es por un lado la manera en que la clase del Capital esconde, destruye, reprime, incapacita, desarma, deslegaliza y luego almacena para su eventual uso en el futuro toda una clase de personas que no pueden encontrar comparador para esa única mercancía que tienen, su fuerza laboral, y por otro lado es una manera de redistribuir los ingresos desde abajo hacia arriba y eso mediante el proceso de imponer multas, fianzas, gastos judiciales, etc. Además es la manera de crear fundamento sobre el cual será edificada la ideología de seguridad que el Capital y su clase presentan como demanda universal, como piedra angular y como suprema destinación para la sociedad, mientras que al mismo tiempo lo ponen a la venta como un bien consumista más. Los sujetos de represión penal, el crimen y el criminal, constituyen una comunidad artificial, imprescindible para el Capital. Lo único que los crímenes tienen en común entre sí es el hecho que la justicia penal los define como tales. El Capital tras el dogma de “tolerancia cero” excomulga a los que le sobran, desterrándolos a la profana comunidad del crimen. Una comunidad cuyo manejo y administración han sido asumidos por la industria de represión penal . Cuanto más sea despreciada la fuerza laboral como mercancía tanto más agresivo se vuelve el marketing de esta represión. De este modo los terroristas sedientos de sangre y las prostitutas seropositivas, los inmigrantes satánicos y los okupas drogadictos*, siendo más susceptibles socialmente y más destacables mediáticamente, se convierten en el producto para probar el marketing agresivo de esa industria. Y claro que este trato especial no tiene que ver con las categorías especiales a que pertenecen estas personas. Se aplica experimentalmente a aquellas, haciendo el Brecht asfixiarse en esa normalidad de lo más común. Siendo rama de economía, la represión penal produce (como sucede también con las demás ramas económicas) su para-economía. Una para-economía de represión penal que es el monopolio llamado el Amanecer Dorado. No son los maderos con su estilo del vaquero y sus competencias del sheriff ni tampoco cual sea ministro con su aire de Napoleón los que crean el percal distópico actual sino el sistema de la justicia penal en su totalidad. Como sistema y como economía. CONTRA LA ECONOMÍA DE LA JUSTICIA PENAL 08/01/2013 A.K.Theofilou *Nota de traducción: se trata de las descripciones utilizadas por la prensa burguesa. Algunas reflexiones en torno del “tráfico de esclavos” El mundo de ilegalidad en su mayoría es un mundo de la economía delictiva. Así tiene un pie metido en la ilegalidad y el otro en la economía. Básicamente obedece las reglas y los principios de esta última. Diciéndolo con otras palabras, aquella gente no tiene nada de romántico. Nada de encantador. Es por cierto una gente perseguida. Perseguida desproporcionadamente con daño que hacen, no sólo a la sociedad pero incluso a la economía del régimen. Es una gente perseguida pero incapaz de ofrecer algunos antihéroes encantadores, ya sea a nivel de literatura. No obstante, es gracioso como los sacerdotes de los medios de comunicación burguesas maldicen a los métodos y al moral de aquella gente, al mismo tiempo alabando las destructivas para toda la humanidad decisiones tomadas por los órganos directivos de la economía del régimen. Resulta todavía más trágico cuando aquella gente sufre un trato tan inhumano de manos de la justicia penal mientras que sus homólogos establecidos en la economía del régimen están gozando su prestigio y sus ganancias sin estorbo ninguno. Sería un error dejarnos llevar por las interpretaciones de los medios del régimen sin intentar de localizar sus extensiones reales, sin intentar entender de donde vienen. Sería un error permitir que la, tan americanizada ya, justicia penal destruya, sin que haya resistencia, sin que haya crítica, a todo ser humano que no es suficiente rentable para la economía del régimen. Un ejemplo característico es el de “trasporte y traslado de extranjeros en el territorio nacional”. Conocido también como “el tráfico de esclavos”. Su trato penal, sus representaciones mediáticas, el mito creado por los medios en torno de ello y las finalidades de este mito. Que se tenga en claro que el presente texto en ningún caso pretende de justificar a quienes emprenden este tipo de actividades sino quiere nada más que hacer destacar los objetivos a los cuales hace servicio su demonización mediática y penal. Demonización que seguramente no es resultado de algún problema moral, ya que en tal caso no hubiera existido esa diferencia tan provocativa en que se afronta a la correspondiente rama de la economía del régimen, es decir las agencias dedicadas a alquilar trabajadores, agencias del trabajo temporal… El Capital, liberado de su necesidad del trabajo, ha elevado el estatus de este último al privilegio. Privilegio del cual intenta privar la más gran posible sector de población. Algo que logra hacer señalando la única mercancía que disponen los excluidos de la economía del régimen—su fuerza laboral—como furtiva e ilegal. La justicia penal está llamada para dogmatizar a esta realidad y los medios para interpretarla y sancionarla. El discurso moralista de los medios en torno de los“traficantes de esclavos” no es para nada inocente. Además, los medios no se oponen tanto a los problemas con cuales se enfrentan los “esclavos” como a los problemas que estos últimos traen consigo en vez de maletas. Las desgracias que, como revelan los medios, han sufrido no tienen como objetivo despertar algún sentimiento de simpatía hacia ellos sino quieren asegurarnos que los “inmigrantes ilegales”, tan pobres y abandonados como son, víctimas de una explotación salvaje y embrutecidos, son capaces de cualquier tipo de comportamiento y actitud antisocial. De este modo el “traficante de esclavos” no es inmoral por comerciar con seres humanos sino porque está importando a nuestro país unos criminales, enfermos, amenaza islámica o ADN contaminado, hablando de los gustos más raros…Es decir, la lógica detrás de la demonización del “tráfico de esclavos” es intentar convencernos que lo que traen no son personas sino un articulo sin voluntad propia, ilegal y peligroso, tanto para el interés como para la salud pública. Articulo que por consiguiente y con toda la razón será temporalmente almacenado en unos almacenes, así como se hace con cosas confiscadas. En realidad, la amplitud del concepto de “traficante de esclavos” contiene toda una serie de distintos papeles de esta específica actividad delictiva. Es importante subrayar que de hecho no estamos hablando sobre alguna red organizada sino más bien sobre un mercado. Un mercado donde, como en todos los mercados ya sea legales o clandestinos, uno puede funcionar como patrón-”agente”(si tiene suficiente capital y conocidos) o como simple empleado-conductor (si tiene poca suerte). Y en ambos casos suele tratarse de inmigrantes. Tanto el más abominable profesional como el simple “jornalero-conductor” puede ser señalado por la justicia penal como traficante de esclavos y condenado a una pena terriblemente grave. Tanto el más despiadado estafador como el más pequeño pendejo. Los tribunales no se preocupan por detalles semejantes. El ejemplo del despiadado traficante de esclavos que está ahogando la gente en el Mar Egeo para escaparse de la guardia costera o este de los inmigrantes que mueren de frío en camiones-congeladoras por cierto no son sólo leyendas. Pero tampoco son la regla. Y en todo caso la histeria de los jueces y periodistas no tiene nada que ver con cualquier tipo de sensibilidad frente al drama vivido por esta gente. Su discurso sobre el tráfico de esclavos no es para nada inocente y dista mucho de “proteger a los inmigrantes”, para los cuales no hace diferencia ninguna si mueran ahogados por sus traficantes o por la guardia costera y por supuesto prefieren estar unas horas apretados en un camión que pasar meses interminables en un campo de concentración construido como un horno industrial… Su único objetivo es convencernos que los “traficantes de esclavos”, los cuales hay cada vez más y más en las cárceles griegas, comercian con algo ilegal y sobre todo peligroso: con la mano de obra que sobra. A.K.Theofilou Poemas 10/11/2012 Hormigón y hierro. En otros momentos la pena toca arpa con mi pecho Y por otro lado: Hormigón y hierro. 14/10/2012 Poesía son los amores no respondidos Poesía son los suspiros de presidiario 10/10/2012 Las paredes grises y los luces hospitalarios El Nikos Nikos no conoce su fecha de nacimento. Calcula que tiene unos 28 años. Aquel compañero de celda Albanés afirma que así es su raza. Nadie de ellos sabe cuando ha nacido. “¿Qué raza?” le pregunto, dejando que me salga una sonrisa al articular la palabra “raza”. “Gitano” responde. Desde luego. Albanés y gitano. Lo único que queda es ser gay y judío. Nikos tiene 28 años pero se parece como si tuviera por lo menos 38. Bajito, robusto, feo, moreno y lleno de tatuajes carcelarios de una extremadamente baja, incluso para la prisión, calidad. En parte lateral de su dentadura tiene un vacío. Algún diente menos hace que su sonrisa resulta “interactiva”. Nikos se come la primera sílaba de las palabras largas. No dice “¿cuándo me excarcelarán?” sino “¿Cuándo me carcelarán?” Nosotros le decimos “no te preocupes, ya estás encarcelado”, pero él no lo entiende. Ve que sonreímos y él también nos sonríe. Nosotros miramos el diente que falta y sonreímos más. El compañero de celda Albanés nos informa, como si fuera un corresponsal de “National Geographic”, que también en albanés está hablando así. ¡”Así es mi raza” insiste! Nikos cree que está injustamente en la cárcel porque hace unos pocos días soltaron a su hermano cuya liberación debido a algún error burocrático se emitió en nombre de Nikos. Y qué si fue condenado a 20 años de los cuales cumplió sólo uno, ¡sigue insistiendo que tiene que salir! Pues el orden de liberación pone su nombre. ¡Nikos está injustamente dentro! En su cabeza lo justo y lo injusto se determinan por un error de imprenta. Nikos, cada vez que me ve, me mira con admiración diciendo: “Tú eres mafia, ¡gran mafia! ¡Bravo!¡Bravo!” Una vez no pude contenerme y le ha respondido. Le dije “¿Porqué bravo?” Me dice “¿No eres tú quien durante diez días enteros mostraban en la tele?” Esto de “diez días” lo acentúa especialmente. “Sí soy yo” le digo “pero no hice lo que ellos están diciendo. Hubo algún tipo de malentendido” me estoy esforzando de explicarle, corriendo el riesgo de que voy a perder su apreciación. “La gran parte de las descripciones en la tele no tienen nada que ver conmigo” le digo. “Lo hiciste o no lo hiciste da igual, nosotros te hemos visto en la tele” me responde, de hecho aplastando todos mis argumentos. Sin embargo creo que en esta frase se esconde toda esa tan espectacular superstición propia de subproletariado. No le importa si las acusaciones que me adjudican a mi me corresponden realmente. Le importa sólo el hecho que yo soy alguien que ha logrado el sagrado objetivo de agotarse en ese cuarto de hora de publicidad que me correspondan. E incluso más que esto. Para él soy una estrella televisiva. Un santo del espectáculo. Nikos tiene problemas. Está soplando y resoplando. Calcula cuánto más hay que cumplir. En algún momento me dice: “No se trata sólo de mi. También mi familia, padre y dos hermanos.” “¿Están tristes porque estás en la cárcel?” le pregunto. “Cárcel ellos también” responde. “¡¿Qué?! ¿Tu padre y tus dos hermanos están en la cárcel?” intentó de asegurarme. “Sí” me dice. “Pero, ¿no me dijiste que tu hermano fue liberado bajo tu nombre?” “¡Sí!” me dice. “¿Y qué dice tu mamá sobre todo eso?” le pregunto. “También mi mamá estuvo dentro tres meses”. “¡Toda la familia en la cárcel!” le digo. “Sí, sí” confirma él. “Bueno, pero en el juicio ¿no os hicieron algún descuento, algún descuento familiar?” “Qué va” me responde con seriedad “tenemos casos diferentes”. “Así como dices” comentó terminando la charla. Tal vez por culpa de toda esa charla le preguntó si es musulmán. “Nooooo” me dice “yo soy cartólico (sic)”. “¿No eres ortodoxo?” le pregunto. “Sí, ortodoxo” me dice. “¿Eres católico?” “Sí, católico.” “¿Ortodoxo?” “Ortodoxo.” Poco a poco estoy empezando a perder mi paciencia y le pregunto con rigidez: “¿Católico o ortodoxo?” No responde y se me queda mirando asustado como si le hiciera interrogación. Le digo: “Qué opinas sobre filioque? ¿Cuál es la posición de la Iglesia Oriental ortodoxa respecto a ese problema? ¿Qué opinión tienes sobre la primacía del Papa? ¿Qué según tu opinión era el razón político más importante de Cisma del año 1054?” Me está mirando asustado. Relajo mi voz y le pregunto: “En cada caso, ¿de dónde procede el Espíritu Santo?” Veo un brillo en sus ojos, un brillo que viene acompañado por la siguiente declaración: “Del Padre.” “¿Y no del Hijo?” “No” insiste con una voz firme. “Por lo tanto eres ortodoxo” le aseguro. “Ortodoxo” me dice. Nikos entra en la celda. “¿Qué estás leyendo?” me pregunta. “Otello” le respondo, seguro que no lo va a entender. Me mira extrañado. “De Shakespeare” le explico con esperanza que después de cinco siglos por algún lado lo ha oído a este nombre. “¡Aaaa! Sexo…” me dice penosamente. No se trató de un chiste propio de chiquillo de diez años. Fue una verdadera conclusión. “¡Nikos!” le digo con dureza “¿Qué tipo de cuchillada contra la cultura fue eso?” Se pone como un cachorro pegado. “Yo no saber” se está disculpando. “Dadaismo albanés espontáneo” estoy pensando y le perdono. |
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