$hile – A LXS QUE TIENEN SANGRE EN LAS VENAS
No voy a comenzar a acariciarlxs con palabras de agradecimiento para quienes se han preocupado y solidarizado con mi persona, esta necesidad nace de nosotrxs mismxs y sin la cual no podríamos vernos al espejo en la mañana sin avergonzarnos, la verdad siempre supe quien estaría a mi lado sin importar mi responsabilidad en los atentados explosivos, en cada mirada y gesto cómplice es donde se retroalimenta la hermandad esculpida a pulso por el cincel de los años de pelea anti-capitalista, es la misma sensación de la que tanto hablamos después de la muerte del punky Mauri o la fuga del Hiena, resistiendo encapuchadx desde un techo o en un banquillo de acusadx su enérgica fiereza y apoyo incondicional es lo que me nutre de fortaleza y me hincha el pecho de orgullosa moral anárquica.
Si las “pruebas científicas” del enemigo son la incombustible amistad entre un guerrero muerto y un/a insurrectx declaradx, ¡Estoy condenadx! Entonces soy para su patética justicia “culpable” y orgullosx gritaré a los cuatro vientos que conocí, viví y crecí con el anarquista Mauricio Morales Duarte, orgullosx gritaré a los cuatro vientos que comparto muchas de sus ideas y sonrío cada vez que escucho el estallido de las bombas, orgullosx gritaré a los cuatro vientos que creo en la violencia revolucionaria tanto como en la revuelta individual y cotidiana, soy lo que soy, anarquista en guerra contra toda autoridad, un/a irreductible enemigx del poder.
El escenario cambio desde que el fiscal Peña asumió el aparatoso “caso bombas”, sin lugar a dudas su ambición y el respaldo gubernamental le dan la osadía para lanzarse en aguas pantanosas, un lugar donde sus antecesores nunca se atrevieron por falta de pruebas. Su jugada se venia venir, mil veces expuesto y discutido… Hay que mostrar resultados, el gobierno de Piñera esta muy bajo en las encuestas, y saca de la manga a su fiscal estrella con el show televisado mas burdo del año, porque tienen miedo que lxs ingobernables y apátridxs de siempre les opaquen su colorida fiesta bicentenaria, ¡Hay que tirar la casa por la ventana! olvidando a punta de alcohol y asados la humillante explotación cotidiana. ¡Nada ni nadie puede intentar truncar la celebración de la sumisión, ya es hora de acabar con lxs sospechosxs de siempre!
Hoy cualquier ingenua llamada, cualquier nota o imagen bajada de Internet es una prueba irrefutable de responsabilidad en algún ataque material a los símbolos del capital, en su ignorancia el pigmeo “justiciero” no entiende nuestras maneras de organizarnos. Así, su estructurado y pequeño cerebro no concibe la horizontalidad y autonomía individual y me insulta al intentar encajar piezas en su rompecabezas ficticio, “La asociación ilícita terrorista” argumentando que existirían jefes, ejecutantes, colaboradores, etc. en definitiva roles y funciones especificas propios de una organización jerarquizada y esto me ofende en lo mas intimo de mi indomable esencia revolucionaria. El circo esta con las galerías llenas, el “señor corales” es el diminuto Peña, los payasos de hoy cambiaron las narices rojas por los micrófonos y las cámaras de televisión, las fieras están enjauladas, mientras los obedientes espectadores-ciudadanos aplauden a rabiar a la espera del próximo espectáculo.
Sin embargo no podemos tapar el sol con los dedos, ustedes y yo fuimos cómplices del silencio, y tenemos que ser auto criticxs, si hoy hay compañerxs enjauladxs y otrxs buscadxs por las alucinaciones del “grillo” y un testigo encubierto- pero no tanto para no saber que es el vecino hippie de la Sacco- es nuestra culpa, debemos asumir nuestros errores y no volver a repetirlos para avanzar hacia más certeros golpes.
¡A seguir sin miedo, con mayor arrojo depurando nuestra cultura conspirativa y a llenar cada uno de nuestros cuerpos con la hermosa palabra sedición!
Dentro o fuera de las jaulas…siempre en permanente conflicto con el poder.
¡Que viva la Anarquía!
El Viejo loco.
Aclaración: escribo en primera persona, haciéndome cargo de mis palabras y no de alguna organización fantasmagóricamente terrorífica.