E$paña: Se concentran en Madrid ante la embajada argentina por el asesinato de Mariano Ferreyra

Crónica de cnt.es:

Las protestas ante el brutal asesinato del militante argentino durante el desarrollo del coflicto ferroviario llegan ante la embajada en Madrid.

El pasado miércoles fue asesinado Mariano Ferreyra en Argentina. El gatillo lo apretó uno de los tantos mercenarios que son financiados por las autoridades políticas en este país, las que no quieren que las personas luchemos por nuestros derechos, que peleemos por mejoras en nuestros puestos de trabajos y en nuestras vidas, que salgamos a las calles a defender nuestra libertad. Ante todo anhelan el miedo, nuestro miedo, que él se apodere de nosotros y que nos inmovilice. Por ello al grupo que se dirigía a cortar las vías lo esperaba otro, una patota sindical, los matones a sueldo. Y por ello a éstos últimos los custodiaba la Policía. Y por ello, cuando los asesinos disparan y matan a Mariano, los cerdos guardianes miran para otro lado; fueron los compañeros los que pararon a una ambulancia que por allí pasaba y subieron a los heridos de bala.

Desde que me enteré del asesinato de Mariano no consigo dejar de pensar en el hecho. Me pregunto hasta qué punto puede llegar la devaluación de nuestras vidas. Me pregunto hasta qué punto somos capaces de permitirlo, qué tiene que ocum rrirnos para que nos demos cuenta de que mañana Mariano puedo ser yo, o podés serlo vos.

En la tarde del pasado lunes 25, la convocatoria popular en repulsa al asesinato de Mariano Ferreyra, me llevó, junto a otras compañeras y compañeros, a las puertas de la embajada argentina en Madrid. Éramos pocos los que nos concentramos a las puertas del edificio del barrio de Salamanca, pero nos hicimos oír. Los funcionarios de la embajada querían un petitorio por escrito: la hermana de Mariano les entregó una foto bien grande en un cartel que decía: «Justicia por Mariano Ferreyra». Los mismos funcionarios también dijeron que no tenían noticia de que ella había estado allí buscando una respuesta la semana pasada. Nadie sabía nada; nadie tenía noticia de nada. ¿Sabrían tal vez que en cada provincia de Argentina se movilizaron miles y miles de personas condenando esta muerte?

Mezclada entre tristeza y rabia vuelve a mi pecho la pregunta: ¿qué tiene que ocurrir para que nos demos cuenta de que mañana Mariano puedo ser yo, o podés serlo vos? ¿Dónde están las personas, esas que son capaces de ponerse en el lugar del otro? ¿Dónde queda la solidaridad, ese apoyo mutuo tan necesario en estos momentos tan duros? ¿Por qué no estuvieron presentes?

La vida es lo único de lo que realmente podemos decir que somos dueños. De nuestra vida. Y cuando le arrebatan la suya a una persona, en este caso tan combativa, no deberíamos quedarnos en casa, tendríamos que salir a la calle, a nuestro espacio, a gritar que condenamos esa atroz violencia, que ante el deseo de silenciarnos nosotros vamos a tomar la palabra.

Nuestras palabras de ayer por la tarde fueron por vos, Mariano, por tu ardua lucha, porque no te olvidamos ni te olvidaremos. Porque, como vos, sabemos que la lucha es el único camino hacia nuestra libertad y en cada paso que demos allí estarás con nosotros.

¡MARIANO FERREYRA, PRESENTE!