NOTA: La información aquí difundida proviene de la prensa convencional y hasta el momento no se tiene mucha información.

Según informa el deleznable medio de El País, un individuo llamado José López Méndez, de 30 años de edad, ha sido detenido en Madrid. José es, según afirman, anarquista con ideales primitivistas y afines al veganismo y la lucha por la liberación animal. Le acusan de colocar al menos 32 artefactos explosivos en diversos establecimientos o locales públicos diseminados por la capital y según dicen, la poli le seguía la pista desde hacía aproximadamente un año cuando comenzó sus ataques rompiendo los cristales de una tienda de venta de pieles y de un restaurante especializado en tortillas.

A partir de aquí, atacó también una sede de Izquierda Unida y otros objetivos como sucursales bancarias, furgonetas de negocios vinculados a la industria cárnica u otros. El compañero actuaría siempre de noche y con la cara tapada (lógico) y usaría, según los medios, bombonas de camping gas o botes de gas como los usados para recargar mecheros a los que luego cubría con una manta previamente impregnada con líquidos inflamables, unidos a alguna clase de mecanismo de activación casero, lo que según añaden producía explosiones de bajo calibre pero suficientes para destrozar las puertas o vidrieras a las que era fijado.

El hombre cometió el error de no taparse la cara en su última acción por lo que fue grabado por una cámara de seguridad y detenido pocos días después de la que según afirman habría sido su última acción a priori de ser arrestado y en la cual habría causado graves daños a la Junta Municipal de Tetuán (el ataque fue reivindicado en La Haine, una web de contrainformación que los medios burgueses califican como «de ultraizquierda», concretamente aquí.).

El compañero detenido, que además sería miembro del grupo anarquista y anticivilización Tierra Salvaje ha pasado a disposición judicial enfrentándose a cargos de terrorismo, entre otras cosas.

Suerte para él y adelante el sabotaje y la acción directa contra el orden social impuesto y contra la colonización de nuestros deseos y nuestras emociones y de todas las esferas de nuestras vidas por la tecnología, lo artificial y la mediocridad.

Fuego al Capital.