Texto de la Asamblea Abierta de Anarquistas de Peristeri (barrio de Atenas). |
Sólo unos días después de las declaraciones de representantes de la policía metropolitana, en las que se le llama a la gente a convertirse en rufianes y dar información de los anarquistas, cuyas ideas se vuelven contra el Estado, ya que lo consideran innecesario, indeseable y peligroso, unos días después de que el propio Estado asesinó a sangre fría a un joven, quien por casualidad era negro y era de los barrios más marginales de Gran Bretaña, la chispa se convirtió en llama y 16.000 maderos con perros, caballos y balas se lanzaron a las calles para rescatar las tiendas que se estaban quemando de una manera tan espectacular. En la lucha por orden y seguridad (no olvidar que los Juegos Olímpicos son dentro de menos de un año) se movilizó también el concepto de la sagrada familia, ya que por boca del vicepresidente del gobierno N. Clegg, es llamada a recoger a sus hijos en casa, a donde pertenecen y no a las calles de la rebelión, por si se rescatan algunas tiendas como Marks y Spencer, Sony Store[1], o algún otro templo del capitalismo. Sin embargo, la historia demuestra que nada puede detener las rebeliones. Después de Brixton, Los Ángeles, Buenos Aires, los suburbios de París y Atenas, Londres nos está llamando, y lo más importante es que esta quimera no tiene nada que ver con salarios, aumentos, memorándum… Es la revuelta de una multitud, a la que la barbarie del capitalismo no deja respirar desde hace dos siglos. De una multitud que está harta del conservadurismo de una sociedad que se emociona sólo con los sombreros y las bodas de la alta sociedad, y piensa que su vanidad se maquilla y se encubre en las tiendas bonitas, en las calles limpias con miles de cámaras y en los maderos amables que llevan balas de goma. Pero la gente, aparte de falsos deseos y el cerebro aletargado, tiene instinto. Un instinto al que el Poder llama primitivo y animal, pero en realidad es el instinto contra la injusticia. Es el rugido de la fiera herida amenazando al cazador. Es el grito del desempleado que vive de los subsidios de desempleo, del oprimido por las leyes, que ha crecido con millones de cámaras a su alrededor, del adolescente que ve su futuro trazado, metido en el alcohol y las drogas, teniendo como única pausa la descarga barata de una semana de vacaciones en cada Faliraki de Rodas y en cada Mallorca del sur de Europa, del chico joven, al que las chimeneas de las fábricas le ocultan el cielo. Es la multitud que se resiste a los amos de casa, quienes a modo de los atenistas[2], respaldados por la especulación de los medios de desinformación masivos, han cogido escoba y un recogedor para limpiar “su ciudad” de los disturbios. Una ciudad que no les pertenece a ellos, pertenece sólo a sus productos. En cuanto a los saqueos y los vandalismos, es su respuesta a este inhumano mundo de la abundancia, ya que la “destrucción” constituye en realidad la superioridad humana al producto. El robo de televisores plasma por personas que les han cortado la electricidad indica su burla y el desenmascaramiento de la mentira de la riqueza. Por otra parte, es la multitud que no necesita poner la etiqueta del indignado, porque simplemente no se pregunta si lo está, se siente y está rebelada. Mientras la injusticia, la explotación y la violencia del Poder continúan, más metrópolis estarán ardiendo bonito, ofreciendo la satisfacción y la esperanza de que nada se ha acabado… P.D. Los muertos en los últimos días son 4, y una persona más está agonizando después de recibir una paliza por los maderos, comprobando que la violencia del Poder es la misma en todas partes, y cuando está en peligro, muestra sus dientes, tanto en el “primer mundo” como en el “tercero”. Asamblea abierta de anarquistas de Peristeri [1] La foto es del almacén de Sony Center en llamas. [2] N.d.T. Un grupo de unos supestos «amantes de Atenas», quienes consideran que el problema de la ciudad es la limpieza y el orden. Una verdadera muleta de la ideología dominante, tanto en teoría(si es que la tienen), como en la práctica. Fuente: verba-volant |