Comunicado:
Esta noche tomamos medidas contra uno de los negocios más crueles de Vancouver – SPEISER FURS.
Trajimos una mochila con nosotros y en ella un rociador industrial químico a presión con un tubo de dos metros de largo. Insertamos el tubo en su buzón de correo y rociamos cuatro litros de un producto químico muy corrosivo en sus estantes de abrigos. 
El pulverizador a presión tiene la capacidad de llegar a más de 25 pies (equivalente a 7,6 metros aproximadamente), así que estamos seguros de que hemos sido capaces de empapar casi todos los estantes en la tienda. Nos aseguramos de pegar las cerraduras del frente y así retrasar la entrada de ellos por la mañana permitiendo que el producto químico cause suficiente daño a las pieles.
Este acto de sabotaje económico se llevó a cabo en solidaridad con los 12 activistas españoles que fueron detenidos y encarcelados por cargos falsos.
¡LIBERTAD PARA LOS 12 ESPAÑOLES!
Los activistas por los animales no son terroristas. Las personas enfermas que electrocutan a los animales por el ano en peletería mientras sus corazones inocentes aún siguen latiendo son las verdaderas terroristas.
No nos detendremos hasta que ellos lo hagan.
ALF
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Desde la prensa canadiense
28/06/11 – La policía de Vancouver está investigando después de que activistas por los derechos de los animales destruyeran un valor estimado de $50.000 en abrigos de pieles y cueros en una tienda de la ciudad la noche del domingo.
El dueño de Speiser Furs, James Laurenson, llegó a su tienda el lunes por la mañana para descubrir que los vándalos habían rociado una sustancia corrosiva por la ranura del correo en aproximadamente 25 abrigos que van desde los $350 a los $18.000. «Si usted tiene una causa, bien», dijo Laurenson el martes mientras esperaba por su compañía de seguros para evaluar los daños. «Pero no así, esta no es la manera de hacerlo.»
La policía confirmó que están investigando un caso de daño de más de $5.000 en la tienda ubicada en 3022 Granville St.
El lunes, el Frente de Liberación Animal, una organización de activistas extremos por los derechos de los animales, en un comunicado de prensa, se reivindicó la destrucción.
«Trajimos una mochila con nosotros y en ella un rociador industrial químico a presión con un tubo de dos metros de largo», dice el comunicado. «Insertamos el tubo en su buzón de correo y rociamos cuatro litros de un producto químico muy corrosivo en sus estantes de abrigos».
La sustancia quitó los colores de los abrigos e hizo que se desintegren. Laurenson dijo que en el pasado, en otra ubicación de la tienda, era blanco de los activistas hasta cuatro veces al año.
«Hemos estado aquí desde el ’49», dijo. «Ahora tengo 77 años. Estoy pensando que debería retirarme, pero yo no quiero… Esto no me va a bajar. No puedo permitir eso. «Solamente una de las habitaciones fue atacada en el incidente y la tienda sigue abierta», añadió.