Comentario desde el Blog: Hemos creado una nueva Categoria llamada recuerdo historico, donde estaremos recopilando escritos, historias y narraciones, de lxs compañerxs caidas a lo largo de la historia, esos y esas quienes no se dejaron gobernar y se fueron en ofensiva contra lo establecido… aca va la primera
Nació el 30 de mayo del 1948 en Barcelona hijo de una familia trabajadora de clase media, Salvador era el tercero de seis hermanos. Su padre, Joaquín Puig, había sido militante de Acció Catalana durante la República; exiliado en Francia en el campo de concentración de Argelès-sur-Mer, fue condenado a muerte cuando volvió a España e indultado en el último momento.El joven Salvador empezó a estudiar en el colegio religioso La Salle Bonanova hasta que fue expulsado por indisciplina. Después estudió en los Salesianos de Mataró en régimen de internado. A partir de los dieciséis años compaginó el trabajo en una oficina con los estudios nocturnos del Bachillerato en el Instituto Maragall, donde hizo amistad con Javier Garriga y los hermanos Solé Sugranyes (Oriol e Ignacio), todos ellos futuros compañeros del MIL (Movimiento Ibérico de Liberación).
Los episodios del «Mayo francés» de 1968 y la muerte del estudiante Enrique Ruano en la Dirección General de Seguridad en 1969 fueron decisivos para que Puig Antich decidiera implicarse activamente en la lucha contra la dictadura franquista. Su primera militancia sería en las plataformas de Comisiones Obreras, formando parte de la Comisión de Estudiantes del Instituto Maragall. Ideológicamente, pronto evolucionó hacia posiciones anarquistas, que rechazaban cualquier tipo de dirigismo y jerarquía por parte de las organizaciones políticas y sindicales en la lucha de la clase obrera hacia su emancipación. Tras iniciar estudios universitarios de Ciencias Económicas, hace el servicio militar obligatorio en Ibiza, donde le destinaron a la enfermería del cuartel. Una vez licenciado, se incorpora al MIL integrándose en su rama armada, Participa, en las acciones del grupo, que consistían generalmente a realizar atracos a bancos. El botín se destinaba a potenciar las publicaciones clandestinas del grupo y a ayudar a los huelguistas y a los obreros detenidosen lucha contra el capitalismo. Los MIL no se consideraron un grupo en la línea del FRAP o ETA, eran un apéndice de las luchas obreras y huelgas salvajes sucedidas por aquel entonces, rechazaban todo tipo de vanguardismo, no creían en el papel de las minorías sobre las masas, bebían de los antecedentes de la guerrilla urbana anarquista. Crearon la revista «CIA» [Conspiración Internacional Anarquista] y la editorial «Mayo del 37».
Puig Antich y sus compañeros se movían con facilidad en el mundo de la lucha clandestina y viajaban a menudo al sur de Francia, dónde se relacionaron con viejos anarquistas exiliados y comprometidos en la lucha contra el régimen franquista. La función que normalmente cumplía Salvador en el grupo era la de chófer.
El 2 de marzo de 1973 un contable de la sucursal del Banco Hispanoamericano de Barcelona resultó herido de gravedad durante un atraco perpetrado por Salvador Puig Antich, Jean Marc Rouillan, José Luis Pons Llobet y Jordi Solé Sugranyes. A partir de entonces la policía creó un grupo especial para desarticular esta banda. La nueva situación creó dudas y contradicciones en el seno del MIL. En agosto de 1973, en una reunión en Francia, la mayoría de sus miembros, descontentos con la trayectoria del grupo, decidieron su disolución. Sin embargo, Puig Antich, los hermanos Solé Sugranyes y José Luis Pons decidieron continuar.
El 15 de septiembre de 1973, en lo que fue el último atraco del MIL, en Bellver de Cerdanya la Guardia Civil detuvo a Oriol Solé y a José Luis Pons, mientras que Jordi Solé consiguió escapar a Francia. Unos días después la policía detuvo a la novia de Pons y a Santi Soler que, tras el interrogatorio, acabó confesando que tenía una cita el 25 de septiembre con Xavier Garriga en el bar El Funicular. Se preparó un operativo para ese día esperando detener a Garriga. Aunque no se esperaba la presencia de Puig Antich, finalmente los dos anarquistas son abordados. Garriga iba desarmado y no opuso resistencia. Puig se resistía al arresto, por lo que entre los inspectores Bocigas y Santorum y el subinspector Anguas trataron de reducirle con una zancadilla y mediante golpes en la cabeza con la culata de las pistolas. En ese momento le ocuparon una pistola Kommer, calibre 6,35 milímetros, cargada y sin montar. Sin embargo el forcejeo continuó y cinco policías introdujeron a Salvador y a Garriga en un portal situado en el número 70 de la calle Girona. En ese momento se escuchó un disparo, que aprovechó Garriga para escapar, aunque fue perseguido por los policías Rodríguez y Algar y atrapado gracias a la colaboración ciudadana. Mientras tanto se produjo un tiroteo en el portal donde habían quedado Puig Antich, Bocigas, Anguas y Fernández Santorum, resultando malherido Puig Antich y muerto el subinspector Francisco Anguas Barragán, de 23 años.
Puig Antich fué encarcelado, acusado de ser el autor de los disparos que causaron la muerte a Anguas Barragán y, posteriormente, juzgado en consejo de guerra y condenado a muerte «por el asesinato de un funcionario público por razones políticas». En toda Europa se organizaron manifestaciones pidiendo la conmutación de la pena capital, colectivos de derechos humanos y mandatarios extranjeros, como el Vaticano o el canciller alemán Willy Brandt pidieron su indulto. Un testigo de su muerte dijo: «Muy pocas veces una ciudad como Barcelona se identificado tanto con un hecho».
En la opinión de los abogados, hermanas y novia de Salvador, hay amplia coincidencia en que para pedir el perdón para Puig Antich no se movilizaron los partidos y sindicatos tradicionales de oposición. Salvador Puig Antich, de 25 años, pasó su última noche en la celda 443 de la cárcel Modelo de Barcelona, y fue ejecutado mediante garrote vil por el verdugo titular de la Audiencia de Madrid, Antonio López Sierra, en la sala de paquetería de la prisión el 2 de marzo de 1974 a las 9:20 horas de la mañana, certificando su muerte un capitán médico a las 9:40 horas.El mismo día y prácticamente a la misma hora también fué ejecutado el polaco Georg Michael Welzel conocido como Heinz Chenz, que había matado a un policía en una reyerta en un bar de Tarragona, y qué fué «la torna», algo así como el contrapeso con el que el régimen franquista completó el asesinato de Salvador. El régimen franquista intentó presentar a Puig Antich como un bandido, y la izquierda paralizadora y tradicional lo presentaba como una terrorista.
En 2001, el periodista catalán Francesc Escribano escribió el libro Cuenta atrás. La historia de Salvador Puig Antich, en el que cuenta los hechos que llevaron a la ejecución de Puig Antich. En septiembre de 2006, con guión basado en el libro de Escribano, se estrenó la película española Salvador.
Tanto el libro como la película han recibido fuertes críticas por parte de los antiguos miembvros del MIL, compañeros de Salvador, que afirman que ambos democratizan, aligeran y vacían de contenido político el personaje de Puig Antich, al tiempo que dignifican falsamente la imágen de su carcelero, Jesús Irurre, del juez militar que lo condenó y de los miembros de la Brigada Político-Social de la policía franquista.
El cantautor Joan Isaac compuso su tema «A Margalida» en homenaje a Puig Antich; Lluís Llach también dedicó el tema «I si canto trist». Loquillo hizo también una cación dedicada a su memoria en el disco «Mujeres en pie de guerra» llamada «El año que mataron a Salvador».
También el conocido grupo teatral Els Joglars se inspiraró en esta historia para crear una de sus más famosas obras, convertida en uno de los mayores escándalos políticos de la «transición española», provocando su prohibición y la cárcel para sus autores.