Los medios de “comunicación” cotidianamente bombardean hablando de la inseguridad ciudadana, cómo diariamente “aumentan” las rapiñas, los homicidios y los robos.
Creando distintos perfiles de ciudadanos/as: si laburamos por un miserable salario, pero… gracias a los créditos usureros que nunca terminamos de pagar, accedemos al LCD, al DVD, a la moto o al último celular, seremos los/as buenos/as. Y el rastrillo, el/la adicto/a a la pasta base o el menor infractor son nuestros/as enemigos/as. Los/as que hacen peligrar nuestras pertenencias y hasta nuestra vida.
Pero si nacimos en la miseria, en el cante o en un asentamiento, donde ni Papá Noel ni los Reyes Magos llegan, donde el primer pucho de pre-adolescente se convirtió en una pipa de pasta base y no aprendimos a sumar ni a leer porque nacimos desnutridos, tenemos que ir por la vida, viendo cómo le “ganamos” a el/la vecino/a lo primero que deje a mano y despreciando al que tiene todo lo que yo no.
Esta macabra competencia del pobre contra el pobre nos aleja cada vez más de valores como el apoyo mutuo, la solidaridad, el respeto, el amor y la fraternidad; permitiendo a los/as que detentan el poder, mantener el control.
En los últimos días todos los medios de “comunicación” nos han mostrado casi diariamente y en directo, tal cual, uno reality show: los mega-operativos… con milícos de todos los colores y hasta helicópteros, sitiando a los barrios más pobres de nuestra ciudad, golpeando, maltratando, humillando, violentando todo supuesto derecho, pateando puertas, detentando decenas de personas por “averiguación”, alrededor de un 99% de los/as detenidos/as en estos operativos fueron liberados/as, ya que no habían elementos probatorios de una conducta “delictiva”.
Esto deja claro que los objetivos de estos operativos no son más que satisfacer la opinión pública que ellos/as digitan e inventan a través de los medios, criminalizando a todo/a aquel que viva en los barrios humildes y mostrar una vez más los feroces dientes de la represión estatal al pobrerío.
El capital, sus defensores y sus falsos críticos son nuestro verdadero enemigo.
Contra la represión: ¡SOLIDARIDAD Y ACCIÓN!