Pasadas las 22:15 del viernes 24 de setiembre empezamos a escuchar disparos arriba del techo con mis compañeras. Pensamos que los cobanis estaban borrachos porque siempre hacen lo mismo, jamás creímos lo que iba a pasar: viene una compañera del cuarto de al lado y nos dice que había dos chicas tiradas en el campo. Al asomarnos vimos que sí, que había dos chicas tiradas en el suelo, rodeadas de toda la requisa, las apaleaban ya estando esposadas.
Cuando empezamos a gritar y golpear las ventanas para que las suelten, las levantaron y las pusieron contra la pared. Después se acercó un coche que frenó frente a ellas y de él bajó el jefe de Seguridad Interna con un palo. Las empezó a agarrar a palos, nosotras al ver eso empezamos a hacer “bondi”. Se las llevaron en una combi.
Reclamamos a la jefa de Turno, se acerca y dice que nos quedemos tranquilas que son solo “dos chicas de Menores” (de 18 a 20 años). Le dijimos que cómo nos vamos a quedar tranquilas sabiendo que son dos menores, que igual fuese quien fuese, es lo mismo, que eso no se hace. Somos personas, no basura que ellos pueden golpear.
Mi dolor era saber que eran mis compañeras de Menores, con las que viví un año. Ver cómo les pegaban siendo tan chicas, ver que las golpeaban tanto con palos, puños y patadas.
Nosotras, como todo el penal, hicimos “bondi” para que las dejen de maltratar. El pabellón 12 optó por prender fuego para que dejen a nuestras compañeras. El jefe de Seguridad Interna y la jefa de Turno ya estaban desbordados por la situación. No querían sacarlas del pabellón sabiendo que en el mismo hay abuelas que se estaban asfixiando como las doñas de nuestro pabellón. Empezamos a reclamar “Centro Médico” para las chicas y que sacaran a las compañeras del 12. Deciden sacarlas y llevarlas al SUM. Nosotras hicimos lo posible para calmarnos y calmar a las compas que les hacía mal el humo.
A la media hora entra toda la requisa al pabellón, nos cuentan, revisan la habitación y nos engoman (encierran), nos dejan incomunicadas durante 30 minutos.
A todo esto la requisa resuelve entrar al 23 (Menores), requisan a nuestras compañeras y se las llevan al Sector A, que son los tubos (celdas de castigo y aislamiento) para golpearlas por “cómplices del intento de libertad”, o sea fuga. Después de golpearlas, brutalmente, a su manera, ellas vuelven como a las 05:00 (am) al pabellón donde estaba todo roto, tirada toda la mercadería, les habían sacado los electrodomésticos, no tenían nada. Ya golpeadas, las celadoras no les pasan cabida y las dejan así, mientras las dos menores –después de pegarles en otro lado-, las llevan para los tubos, dejándolas incomunicadas y sin cosas de higiene, ni nada por el estilo. Le dieron 15 días de sanción ahí adentro, sufriendo de hambre, soledad y tristezas.
Por todo lo que vivieron y pasaron están ahí, solas en las oscuridad y en silencio. Porque para las mismas jefas Jara, Espinosa y Kaleniuk, jefas de Menores, no les pasan cabida, como si mis compañeras no tuvieran derechos. No les importa, total ellas vuelven a sus casas con sus hijos, como si nada, sin pensar que mis compañeras también son personas.
“Luna”
es una historia desgarradora lo q esta chica luna atestuguo. las menores por algo estan encerradas no por ser lindas ni buenitas, pero eso no significa q tengan que recibir tratos crueles ni degrdantes por el personal penitenciario, porq hay q recordar q ellos se rigen por la ley 24660 y la 12256 q bien les dice como actuar y q estan para resocializar y no castigar