Distintas personas de distintas edades con muy distintas ideas (había un cartel que pedia unicamente por el «cierre de las cárceles de animales») confluimos para lograr el cierre del Zoo. Increíble la participación de las *más de 400 personas presentes!*, vecinos de Bahia Blanca, proteccionistas, rescatistas y gente de todas las edades, que se hizo presente para apoyar esta causa justa: EL CIERRE DEL ZOO! ** ORGANIZA la Unión Vegetariana de Bahía Blanca conjuntamente con ANIMALES LIBRES, quienes agradecen especialmente la colaboración desinteresada de la Compañía de Circo GIROSCÓPICA, a la batucada Bagunça, a Graciela López como intérprete de señas, a Facundo Sánchez Sosa en diseño , a Damián Espinoza Segovia, Karen Desirée Kees y Luciana Rendo Castillo en maquillaje y Fernanda Alarcón con el contacto de las murgas de la abuela, la Periférica , Faroleros del carnaval y Portadores de Alegría, y a todos los que brindaron su colaboración, ya sea en difusión o armado del evento.
*PALABRAS del poeta español ÁNGEL PADILLA(«el poeta de los animales»)dedicadas especialmente al Zoo MUNICIPAL de B.BCA*
«Hubo un tiempo en que ellos paseaban su dignidad libres por los bosques, por las laderas, por las montañas, bajo el vasto cielo azul. Sus ojos en paz v…eían correr el agua tierna de los ríos, alzaban la cabeza en la noche estrellada y sentían la grandeza de la vida, en paz. Hoy ya sólo unos cuantos de ellos caminan libres, muchas veces acosados por los cazadores, o por los cambios de clima que no entienden, que se llevan el agua, que se llevan la hierba. La mayoría ahora yacen en vida encerrados por el hombre, en minúsculos barracones. Caballos y yeguas que corrían más que el viento y las cascadas, agachadas sus cabezas en establos. Nobles vacas que comían el pasto sintiendo el viento libre, lloran sin eco en la oscuridad de naves, altivos leones y elefantes, inclinadas sus melenas y coronas de colmillos en la tierra negra del zoo, donde los hombres dicen educar a los niños. No educa una lágrima amarga, una zarpa roja de sangre de arañar la tierra con ira, un quejido de pena tan hondo como un trueno en la noche, en una noche sin nadie. En el futuro los zoos serán museos. Lugares vacíos; entonces, sí, visitados por niños para que valoren de verdad la vida y sean abolidas las cadenas y los barrotes, los estribos y los látigos, y como hoy hermanos animales no sean arrancados de las vegetaciones, de sus familias, de los soles y el viento, condenados, condenados, condenados. Levantamos ahora nuestra alegría por estos hermanos que al otro lado de las paredes del zoo les late esperanzado el corazón y están llorando, para su libertad, para un mañana en que no verán sus ojos incendiados de soledad subir el sol en el cielo desde unos amargos barrotes. Para que vuelvan a casa. Para volver nosotros tambien a casa. Y no llorará la Libertad con el pelo mojado y con tanto dolor como este día. Entonces seremos libres, cuando ellos sean libres.» Ángel Padilla