Los golpes duelen menos que la triste noticia de la muerte de Patri, presa por el montaje del 4F que se quitaba la vida el pasado 22 de abril.
Y es que golpes no faltaron en la concentración que tenía lugar el 28 de abril en Zaragoza, de recuerdo a la compañera fallecida, de expresión de rabia, que desencadenó una absurda violencia por parte de la Policía Nacional, que llegó a cargar en dos ocasiones, provocando heridas a varias personas.
La concentración daba comienzo a las 19hs con aproximadamente 200 personas que fueron aumentando en número hasta 300. En un principio en silencio, luego con gritos de rabia como «Patricia está muerta la habéis asesinado», o de recuerdo a Rodrigo Lanza, preso en Barcelona, como Alex y Juan, que aún siguen en prisión tras cinco turbulentos años de procesos, acusaciones amañadas y denuncias por torturas y malos tratos.
En un primer momento los asistentes fueron adelantando su posición desde las escaleras donde suelen celebrarse las concentraciones en Pza España hasta el mismo borde de la acera, para, a posteriori, intentar convertirse en manifestación.
Cuando apenas se habían avanzado unos metros cortando el tráfico en la plaza y Pº Independencia se produjo una primera embestida policial que terminó con personas rodando por los suelos y golpes contundentes a varios manifestantes.
Las dos pancartas que acompañaban la movilización fueron arrebatadas por la policía, sin que hasta el momento se haya sabido nada de las mismas.
Tras la primera carga los asistentes, lejos de arredrarse, arreciaron en sus gritos contra la policía y de recuerdo a Patricia, arrinconados entre la acera y un cordón de antidisturbios, que llegó a sumar los 35 efectivos y hasta cinco furgones en la misma plaza, tras acudir más refuerzos y vestir el vestuario antidisturbios al completo, con cascos y porra en mano.
En ese momento se produjo una nueva carga, también absolutamente gratuita, en la que nuevamente se produjeron golpes, intercambio de insultos y siguieron los gritos de apoyo a Rodri y Patricia. Pese a ello no consiguieron disolver al grupo, que continuó gritando y, tras un nuevo reagrupamiento, salió en manifestación, aunque sin pancartas, cortando varias calles estrechas por el centro de la ciudad hasta llegar al Barrio de la Madalena, escoltados en todo momento por varios furgones de antidisturbios, que llegaron a introducirse en varias calles en dirección contraria.
La mani terminó en la Pza de la Madalena, con la lectura del comunicado y un minuto de silencio de recuerdo a Patricia.
La mani terminó en la Pza de la Madalena, con la lectura del comunicado y un minuto de silencio de recuerdo a Patricia.
Durante largo rato hubo presencia policial en el barrio madaleniense aunque no se registraron detenciones ni identificaciones que se sepa.