FRONTERAS

Fuente: www.pazentrelospueblos.com.ar
El origen de las fronteras va ligado al nacimiento de los Estados. Por definición un Estado necesita de unas fronteras que delimiten el territorio sobre el que ejercer su poder y sobre el que imponer su ley. En la antigüedad los grandes imperios se servían de las llamadas fronteras naturales (montañas, ríos, costas…) para delimitar sus territorios, las cuales servían como barrera natural ante posibles agresiones externas. Por lo tanto se puede decir que la existencia de una frontera presupone la existencia de un Estado, y la existencia de un Estado presupone el control de un territorio en todos los ámbitos: económico, social, político…
Las fronteras, que durante la edad antigua fueron creadas casi exclusivamente por los grandes imperios (como los “limes” romanos), durante la edad media fueron extendiéndose en su uso, hasta tal punto que el continente europeo quedó fraccionado en numerosos territorios, divididos por fronteras, que delimitaban los territorios pertenecientes a un señor feudal, laico o religioso. Dentro de sus fronteras el señor poseía de soberanía absoluta, pudiendo ejercer justicia, recaudar impuestos o aplicar cualquier medida de forma arbitraria. Además, durante la edad media las fronteras cumplieron también la función de aduanas, ya que los productos habían de pagar una serie de aranceles al pasar de un territorio a otro.
Este concepto de frontera como una línea imaginaria que delimitaba un territorio sobre el cual el señor tenía poder absoluto y que gravaba el comercio de mercancías fue el utilizado por los nuevos Estados que aparecieron en Europa a partir del siglo XVI. Los monarcas, que durante la edad media no habían dejado de ser un señor feudal más (un “primus inter pares”), comenzaron a partir de entonces a eliminar estas fronteras entre los territorios de los señores que estaban bajo su vasallaje, a la vez que dedicaban a reforzar las suyas propias. Aparecen así los nuevos Estados delimitados cada vez de una forma más consistente con unas fronteras que habrán abandonado ya su carácter de “naturales” para convertirse en totalmente arbitrarias. ¿Qué criterio se usa para establecer una frontera? La de delimitar el territorio dominado militarmente por un monarca y sobre el cual ejercer un control total. ¿Qué utilidad tiene? La de servir de muro de contención a la entrada de mercancías, ejércitos, ideas y, posteriormente, personas de otros territorios.
Económicamente la frontera sirve para proteger los intereses de un territorio ante la competencia “extranjera” y para delimitar qué territorios están obligados a pagar impuestos a un determinado Estado. Bajo esta concepción, cuando las personas sean consideradas una mercancía mas, se empezará a poner trabas a su libre circulación entre fronteras. Políticamente la frontera define el territorio que está bajo las órdenes de un determinado gobierno y sobre el cual tiene aplicación un determinado código legal. Además los Estados han utilizado las fronteras como moneda de cambio durante los conflictos bélicos, moviéndolas según sus intereses, sin tener en cuenta las poblaciones que pasaban a depender de uno u otro Estado según sus necesidades. Esta movilidad ha sido utilizada muchas veces para promover sentimientos nacionalistas, ya que se ha considerado que un Estado es más o menos importante según el territorio que logra dominar. Esta voluntad expansionista fue la que llevó a las potencias europeas a crear sus imperios durante la segunda mitad del siglo XIX, una de cuyas consecuencias fue la repartición de África entre los Estados de Europa.