A ocho meses de los asesinatos de Diego Bonefoi (15), Nicolás Carrasco (16) y Sergio Cárdenas (29), provocados por la Policía de Río Negro, en la ciudad de Bariloche, un grupo de manifestantes incendió la Unidad Regional de la fuerza, ubicada en el Centro Cívico de esa ciudad. Como cada mes, familiares de las víctimas y organizaciones sociales marcharon por la ciudad para pedir que se avance en la investigación de las muertes ocurridas el 17 de junio de 2010. Según informaron asistentes a la marcha, el incidente lo habrían provocado amigos de otra víctima de la policía, un joven asesinado en Viedma hace cuatro meses. Al igual que todos los días 17, las familias de los tres jóvenes asesinados por la policía en el barrio Boris Furman –Bonefoi por el cabo Sergio Colombil, de la comisaría 28, en una persecución, y los otros dos cuando repudiaban el asesinato del primero– se movilizaron por la ciudad de San Carlos de Bariloche, acompañados de la multisectorial. Los cerca de cien manifestantes, entre los que había militantes de derechos humanos, partidos políticos y organizaciones sociales, habían estado a la mañana frente a la sede del Poder Judicial para exigir que se acelere la investigación, sobre todo en los casos de Carrasco y Cárdenas, ya que en el de Bonefoi se logró la detención del presunto homicida. Las organizaciones piden que se juzgue a “las autoridades con responsabilidad política y del autor intelectual de la represión policial” desatada en la zona del Alto, ocho meses atrás. Por la tarde, cerca de las 17, marcharon hacia el Centro Cívico. Según indicó a este diario una fuente que participó de la movilización, al desembarcar allí, “un grupo de jóvenes amigos de Guillermo Trafiñanco (16) –un adolescente de Bariloche asesinado por un policía en Viedma el 24 de octubre pasado– arrojaron una bomba molotov” en el frente de la Unidad Regional de la policía. Eso provocó el incendio de la sede policial que fue rápidamente controlado. Según Jorge Vargas, jefe de Bomberos, el fuego afectó “mucho el frente del edificio, pero la parte interna no sufrió daños”. La madre de Nicolás Carrasco, Carmen Curaqueo, relató a Página/12 que “la policía se dedicaba a sacar fotos a los manifestantes para después salir a golpear”. La mujer narró que “en un momento llegaron los bomberos y la gente no los dejaba pasar. Ahí vinieron los del grupo BORA –grupo antitumulto de la policía– a reprimir con gases lacrimógenos, y la gente empezó a correr”. “Después de ocho meses no hay detenidos ni policías corridos de su cargo. No tenemos nada”, dijo la mujer. No obstante, aclaró sobre el incendio que “no se busca eso, lo que se busca es justicia”. “Violencia con violencia no lleva a ningún lado. Hay gente que reacciona con bronca y seguro ahora van a culpar a los familiares por reclamar justicia”, consideró en torno de la relación que mantienen con algunos actores judiciales en Bariloche. Por su parte, un miembro de la multisectorial, que prefirió no revelar su nombre, sostuvo que “estaban muy caldeados los ánimos porque no hay respuestas del poder político” por los crímenes. De las muertes de Cárdenas y Carrasco “no se sabe nada”. Las últimas noticias fueron las citaciones que el juez Martín Lozada realizó los primeros días de este mes al jefe de Seguridad provincial, Víctor Cufré; a Jorge Villanova, jefe de la policía; al ex jefe de la Regional 3ª Argentino Hermosa y al ex titular de la comisaría 28 Jorge Carrizo, entre otros. Hasta la noche de ayer, según informó Curaqueo, no había detenidos ni heridos por el incendio a la unidad policial. “Tratamos de salir rápido porque si no ahí quedás encerrado. Y si la policía te agarra no le va a importar si vos sos la madre de Nicolás Carrasco”, aseguró.