"Hay que romper el cerco comunicacional porque en Chile todo se silencia”

«Hay que romper el cerco comunicacional porque en Chile todo se silencia”

Antonio, cuéntanos qué pasa en tu comunidad
En nuestra comunidad Juan Paillalef -en los últimos diez años- hemos

iniciado una resistencia por la recuperación del territorio, una

movilización reclamando ante el gobierno de Chile por la situación que

vivimos ahí, por parte de particulares latifundistas que tienen tierras

ocupadas y también por parte del Estado.
Cuando hemos reclamado ante las autoridades o carabineros siempre

han hecho caso omiso de las reclamaciones. Cuando se trata de un

Mapuche nunca el gobierno actúa como lo hace con los chilenos, y menos

en contra de los particulares o empresas.
Somos una comunidad de lucha, nosotros vamos siempre a defender lo

que es nuestro, lo que nos pertenece, y esa lucha la vamos a dar

siempre, con el gobierno que esté la vamos a seguir dando.
¿Quiénes ocupan vuestras tierras?
A la región han llegado muchas empresas transnacionales que son las

mineras, las forestales y las hidroeléctricas. Todas esas empresas

quieren explotar lo poco y nada de recursos que quedan en nuestro

territorio. La garantía de ellas es que el Estado las avala y las

protege, sin considerar ni hacer la consulta al pueblo indígena, pese a

que existe una ley que dice que el estado debe consultar a los pueblos

indígenas cualquier acción o trabajo que quiera hacer en su territorio,

y eso…, el Estado lo incumple.
Se han hecho denuncias ante la ONU, Chile ha recibido

recomendaciones pero esas observaciones no tienen repercusiones, porque

no hay un ente fiscalizador en la ONU, de manera que los Estados

cumplan con lo que se comprometen en Naciones Unidas. En Chile se

vulneran todas esas recomendaciones y los tratados internacionales que

existen para los pueblos indígenas.
¿Qué hacen estas empresas?
Las forestales no solamente terminan erosionando la tierra sino que

también terminan con el agua, con las yerbas medicinales, con las

plantas nativas, que son de uso cotidiano para los Mapuche, porque son

los árboles sagrados, donde nosotros hacemos nuestras ceremonias.
Hoy ya no quedan ese tipo de plantas y eso es para nosotros grave,

porque las medicinas están desapareciendo y las machis en ese sentido

están sufriendo mucho, porque ellas necesitan de esas yerbas para poder

seguir trabajando.
Hay un grave daño no solamente ecológico, sino que también en el

aspecto cultural, en el aspecto de salud; en todo lo que tiene que ver

con la destrucción de la flora y fauna de nuestras tierras.
¿Cómo les responde a ustedes el Estado chileno?
Esa negación del gobierno de acercarse a nosotros, de dialogar y

abordar el tema de las tierras que son legítimas, ha permitido que haya

un conflicto, pero el conflicto no lo armamos nosotros, nosotros lo que

hacemos es defender nuestra propiedad. El estado ha respondido con la

represión, con la policía y eso ha originado el enfrentamiento. Eso es

lo que provoca las torturas, el seguimiento policial, el hostigamiento,

la persecución.
Nuestra lonko, Juana Calfunao, perdió una guagua de 8 meses de

gestación en su vientre, el año 2000 por la golpiza de carabineros. Ahí

fui detenido yo, ella que es mi mujer, y mi hijo, que está detenido

otra vez. Mi hija menor quedó en el abandono, entonces tenía ocho años

y hoy se encuentra pidiendo asilo en Suiza y su petición ya fue

aceptada.
¿Cuál es la situación actual de la lonko Juana Calfunao?
La lonko Juana debería haber estado ya en libertad hace seis meses,

pero se la han negado porque como ella es una lonko, una mujer

representatividad de la lucha Mapuche, es una lonko que tiene muchos

adherentes a nivel nacional en las comunidades Mapuche, como a nivel

internacional. Para el gobierno representa un peligro tenerla en

libertad. La condenaron a seis años y ya lleva cuatro años presa.
¿Cuándo saliste tú en libertad?
Hace dos meses que salí en libertad condicional, después de haber

estado tres años y medio preso en la cárcel de Temuco, y actualmente

sigo cumpliendo condena, porque aún estoy firmando los días domingo

hasta mayo de 2012. Para venir a Europa y participar ante la ONU en una

sesión de mecanismos de expertos de los pueblos indígenas tuve que

pedir un permiso al Ministerio de Justicia que me autorizó por treinta

días.
¿Cuál fue tu participación en esa sesión en Ginebra?
Estuve una semana haciendo intervenciones sobre la situación que

pasa en Chile denunciando la situación que viven los hermanos Mapuche.

En este momento hay hermanos que están encarcelados porque les están

aplicando la ley antiterrorista, la justicia militar y la justicia

civil. Ellos no tienen por ningún lado de salvarse de ser condenados.

Además informé de la huelga de hambre.
¿Cómo han sido las acusaciones del gobierno?
Estas acusaciones que han hecho los fiscales han sido elaboradas a

través de montajes policiales. Tenemos testigos y testimonios sobre esa

situación y hay hermanos que se han retractado, porque hubo niños

jóvenes que fueron torturados para inculpar a sus propios hermanos,

ellos fueron objeto de engaños, los chantajearon o les dijeron: “mira

te vamos a comprar casa, te podemos dar plata para que te vayas de la

comunidad, para que vivas bien” o “mira tenis tu mamá, tu hermana

enferma, nosotros las podemos ayudar, llevar al hospital” y puras cosas

así. Esos eran los fiscales y la policía civil. Esos testimonios los

tenemos guardados y entregamos una copia a Amnistía Internacional como

una manera de protegerlos a ellos. Los chicos también legalizaron esta

retractación ante notario público.
Cuéntanos de la huelga de hambre, ¿cuál es la reivindicación principal?
Hoy los hermanos están en contra y en protesta de como el gobierno ha abordado el

tema indígena durante estos últimos años.
Ha habido una persecución hacia los indígenas que de alguna manera

llevan el liderazgo de la comunidad y a esa gente es la que persigue el

gobierno. Para ellos tener al Mapuche en la cárcel significa

tranquilidad en la región.
Es extremadamente grave que un Mapuche tenga que exponer su vida

para poder defender su tierra y los derechos de su familia, ¡no puede

ser!, es una situación que no se puede tolerar en Chile.
Ellos piden la no aplicación de la ley antiterrorista, no aplicación

de la justicia militar, basta de persecución a las comunidades, basta

con los allanamientos, montajes y testigos sin rostro, además que se

garantice y se respete un debido proceso, donde hayan jueces

imparciales en los procesos judiciales, porque las penas que les

esperan a los hermanos van de los cinco años a los ciento tres años de

cárcel.
Hay que romper el cerco comunicacional porque en Chile todo se silencia.

Fuente: Accion y Propanganda
Despiden tres comunicadores de La Nación Domingo

Posted on28 agosto 2010.

La

periodista Ana Verónica Peña, quien se desempeñaba hasta ayer como

editora de La Nación Domingo (LND), fue despedida de ese diario por

publicar una columna de opinión. También fueron echados a la calle el

columnista y escritor, Antonio Gil, y el ilustrador de lata

trayectoria, Pepe Gai.
Las razones que dio el director del medio, Álvaro Medina, fueron que

no se puede dar una señal equívoca de antisemitismo por parte del medio

de comunicación, luego que organizaciones como la Comunidad Judía en

Chile enviaran cartas reprobando el texto de opinión publicado bajo el

título “A la sombra de Mammon”.
Peña publicó en su Twitter : “Me acaban de despedir de La Nación por

permitir que Antonio Gil publicara su última columna… la columna es A

la sombra de Mammmon, sobre la codicia de los empresarios a propósito

de los 33 mineros”, dijo en dos entradas y en una tercera agregó:

“También cortaron a Antonio Gil y a Pepe Gai, dos de los grandes”.
El director de La Nación ofreció una disculpa a la Comunidad Judía

de Chile, quienes enviaron una carta de reclamo a la publicación por

considerar antisemita, debido a “las alusiones e interpretaciones que

despertó la columna y que claramente se alejan de nuestra orientación

pluralista y respetuosa de la dignidad de las religiones pueblos y

personas”, indicó.
La editora de LND asegura que no se trata de una columna antisemita,

pues si fuera así, “también sería antimapuche y anti griega”,

comunicándose en su Twitter. La columna de Gil era una crítica a la

codicia”, argumentó.
En tanto, Nancy Arancibia, presidenta del Sindicato de Periodistas

de La Nación y candidata a Concejera Nacional del Colegio de

Periodistas, declaró que no es aceptable que los colegas “sean

despedidos por presiones de cualquier tipo”. Agregó que el sindicato

sigue en reuniones por este caso y que anunciarán sus determinaciones

en el transcurso del día.
LA SIGUIENTE ES LA COLUMNA QUE DESPERTÓ LA POLÉMICA
A la sombra de Mammon
Por Antonio Gil
Y entonces la bella e inexorable Melpómene y el fiero Wekufu se

desvanecen para dejar su lugar a Mammon, el demonio judío de la

avaricia y la codicia. Desaparecen pues de nuestro imaginario de golpe

las presencias idealizadas, sublimadas, de lo inevitable, y emerge, con

un retintín de oro, el verdadero culpable de la totalidad de nuestros

males.
A veces creemos entrever, como en sueños, erguida contra nuestro

óseo roquedal andino y en el “puro cielo azulado”, la figura bella y

feroz de Melpómene. Ella, la musa griega inspiradora de la tragedia se

nos presenta siempre tal y como es descrita en los libros: “ricamente

vestida, grave el continente y severa la mirada, generalmente lleva en

la mano una máscara trágica como su principal atributo, en otras

ocasiones empuña un cetro, una corona o un puñal ensangrentado”.
Otras veces, entre los silbos del viento sentimos allegarse la

presencia sigilosa de Wekufu, el dios mapuche de la muerte y la

destrucción, batiendo a Ngenechen, el dios de la vida. Y los números

terribles se repiten en este ineludible triunfo de la fatalidad. El 27

de noviembre de 2005, 33 personas abordaron una embarcación de sólo 6

metros de largo, con capacidad para 16 ocupantes. Además la lancha

llevaba carga. Las siempre peligrosas aguas del lago Maihue, que en

mapudungun significa copa de madera, y el sobrepeso de la adicional,

hicieron naufragar el pequeño lanchón.
Hay ocasiones en que el desastre (que como sabemos quiere decir

“lejos de la estrella”) exige un poco más para su morral, como ocurrió

el 18 de mayo de ese mismo año cuando en la zona cordillerana de

Antuco, al interior de Los Ángeles, murieron congelados 44 soldados

conscriptos y un sargento. La mayoría de las veces se trata de gente

pobre, de miembros de los sectores más frágiles y abandonados de

nuestra sociedad. Y entonces la bella e inexorable Melpómene y el fiero

Wekufu se desvanecen para dejar su lugar a Mammon, el demonio judío de

la avaricia y la codicia.
Desaparecen pues de nuestro imaginario de golpe las presencias

idealizadas, sublimadas, de lo inevitable, y emerge, con un retintín de

oro, el verdadero culpable de la totalidad de nuestros males. Un

demonio cebado en el lucro y en la más extrema cicatería. Ese es el

verdadero demonio que gobierna, desde hace ya demasiado tiempo, el alma

de Chile, arrasando a la bella Melpómene y al guerrero Wekufu, quienes

no hacen otra cosa que cumplir sus deberes cerrando los ojos. Si vemos

caso a caso las grandes desgracias que ha sufrido el país,

descubriremos tras cada una de ellas la sombra de Mammon y sus

explicaciones y comisiones y mentiras. Balseraphs son nombrados en las

antiguas tradiciones los “abogados infernales”.
“Los Balseraphs que sirven a Mammon pueden convencer a sus víctimas

de que hasta el hecho más atroz será en extremo beneficioso”. Son los

demonios que ofrecen indemnizaciones y compensaciones. Antes de la

caída, Mammon era un serafín al servicio de Dios. Pero su corazón se

llenó con el deseo del oro y se unió a Satanás en la rebelión contra el

Creador. Cuando la guerra en el cielo terminó, según la tradición

rabínica, “los pecados de Mammon eran peores que los de cualquier otro

de los caídos”.
Y él hoy, por desdicha, ha penetrado incluso en las iglesias, en los

ministerios, por no hablar de entidades financieras, que es donde

pernocta diariamente. Wekufu y Melpómene retroceden con horror cuando

ven el recorte de presupuesto para una nueva lancha en un lago remoto.

Cuando se asoman sobre el hombro del contador, que con su lápiz rojo

elimina defensas en los socavones mineros u “optimiza” los gastos en

material de invierno para los soldados que sirven a la patria. Chile

está en guerra. Tenemos que aniquilar a ese demonio antes que todos

seamos avasallados por la bestia.
Por César Baeza Hidalgo
El Ciudadano

Fuente: Acción y Propaganda