Hay muchas razones para llevar a cabo una acción por la liberación animal. Para mí, las más importantes son la Rabia y el Amor.

La rabia que nos produce la situación de tantos millones de animales inocentes que viven un holocausto invisible para la mayoría, que se aprovechan del sufrimiento de esas criaturas sin ver en sus ojos el mismo miedo y el mismo dolor que vemos nosotrxs. Una rabia que nos carcome por dentro, que nos entristece, que nos quita las ganas de sonreir y nos sumerge en la depresión y el malestar, la impotencia y el deseo creciente de vengarnos. Venganza contra quienes provocan todo esto, venganza contra quienes carecen de sentimientos, venganza por lxs animales muertxs cada día a millones, venganza por lxs compañerxs que cayeron, venganza por cada lágrima, venganza porque sí, venganza ¿por qué no?

El amor que sentimos hacia lxs animales confinadxs, tanto lxs no-humanxs que yacen en mataderos, criaderos, zoológicos, laboratorios, ganaderías, tiendas de animales o parques “naturales”, como hacia lxs animales humanxs que, como muchxs otrxs, decidieron en un momento dado de sus vidas transgredir unas leyes diseñadas para proteger los beneficios económicos de los explotadores y que dejan desamparadxs a lxs animales y a las personas que luchamos por ellxs. Aquellxs que terminaron en prisión por llevar su lucha más allá de las palabras y convertir la liberación animal en una propuesta práctica, viviéndola y no sólo argumentándola. Porque al mismo tiempo que nos esforzamos en concienciar a la gente y en tratar de que sean conscientes de las terribles consecuencias que tienen para lxs animales sus hábitos alimentarios, de higiene, de ocio o de vestimenta, y de que superen el temor al cambio, también tenemos presente que mientras repartimos panfletos, pegamos carteles o colocamos pancartas lxs animales siguen muriendo y agonizando y que podemos (y debemos) hacer algo, aquí y ahora, sin esperar a que una mayoría de la sociedad sea vegana o a que se den las “condiciones propicias” para pasar al ataque. Consideramos que esas condiciones ya están aquí, y que esa supuesta veganización de masas jamás se producirá. No por ello consideramos menos importante la difusión informativa, y de hecho somos parte de dicha labor, pero no dejaremos solxs a quienes continúan en las jaulas.

Lo que tienes entre las manos es mi edición de «Cuando cae la noche… Una guía para la acción directa por la liberación animal», un texto que lleva circulando bastante tiempo tanto por la red como en formato impreso por diferentes distris, librerías libertarias, centros sociales y demás lugares. El texto no es mío, yo me he limitado a recogerlo de otro libelo con el mismo título y re-editarlo en este panfleto. He corregido algunas expresiones, he traducido algunas cosas que quedaron sin traducir en el original y he añadido algunas cosas de mi cosecha que creo que pueden enriquecer el contenido, además de notas aclaratorias al pie de algunas páginas e imágenes para hacer más amena la lectura. También, teniendo en cuenta que el texto original fue editado en EE.UU., he omitido algunas cosas que no son aplicables a nuestro código legal. Mi finalidad es que su difusión aumente aunque sea un poco (posteándolo en la red aunque lo que de verdad importa es su difusión física, su intercambio y regalo, ¡no lo olvidéis!). Contiene una serie de consejos y estrategias básicas a tener en cuenta a la hora de convertir los deseos en acciones, centrándose en la liberación animal, aunque por supuesto muchas cosas de las que se tratan a continuación son extrapolables a la práctica del sabotaje y la acción directa contra otras estructuras no directamente relacionadas con la explotación animal pero sí causantes de otros graves problemas de este mundo en guerra en el que para bien o para mal nos ha tocado nacer.

Antes de plantearte el hacer una acción lee varias veces esta guía, toma apuntes, memoriza lo que dice y tenlo presente siempre. Actuar con inconsciencia puede ser muy peligroso, y una acción nunca es un juego.

Copia y DIYfunde.