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22 presos (entre ellos Freddy Fuentevilla y Marcelo Villarroel, presos del Caso Security) que se encuentran recluidos en el segundo piso sector H-Norte de la Cárcel de Alta Seguridad (CAS) permanecen en movilización hace varios días, pero el día de ayer miércoles 17 de octubre radicalizaron la movilización, iniciando una huelga de hambre líquida.
La decisión de radicalizar la movilización se debe a los constantes tratos denigrantes por parte de los carceleros a los presos y a sus familias, manifestados en los allanamientos que han sufrido los módulo en la CAS, los cuales se han vuelto aún más violentos y vengativos hacia los presos rompiéndole sus pertenencias, perdiendoles documentos, botando su ropa al suelo, es decir, destruyendo con esto la organización o convivencia que generan dentro de las celda y dentro de los mismo módulos.
Respecto a las visitas sabemos que siempre los gendarmes se han encargado de humillar a las visitas de los presos dentro de los recintos penitenciarios, exigiendo a mujeres a bajarse su ropa interior, mostrar su cuerpo, retrasando la visita, generando conflictos en el ingreso de alimentos, entre muchas otras cosas que buscan quitarle la dignidad a las personas que visitan a sus familiares u amig@s dentro de la cárcel. Esto en la CAS se ha vuelto más denigrante ya que han existido casos en los cuales han obligado a niños y niñas menores de edad, a quitarse la ropa como por ejemplo. bajarse los pantalones
Las reivindicaciones específicas de los presos en huelga de hambre líquida son:
1. Fin al trato denigrante a los presos y familiares
2. Trato digno en la reclusión, es decir, mejora de las condiciones carcelarias.
Sabemos que la policía y el estado hacer siempre prevalecer la violencia estatal y la seguridad sobre la dignidad de las personas.
En las cárceles del estado el trato abusivo por parte de gendarmería es permanente y se encuentra institucionalizado.
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