Muchas cosas han pasado desde el anterior número pero no queremos aburrir demasiado. Lo que sí es que sigue imparable nuestro avance por todo el territorio para difundir las ideas y así aportar a agudizar la conflictividad social. Buscamos poner un parate al mundo que roba nuestras vidas ganándonos el tiempo y el espacio y difundiendo su idea de “que todo está bien”, de que “nada puede cambiar” y que estamos condenados a esto. Lo primero que busca cualquier poder para afianzarse es intentar grabar en las mentes la idea de su eternidad.
Pero nosotros no hemos llegado ayer y no tenemos como muchos de los agentes sociales de la normalidad capitalista la idea de que todo está perdido para la libertad y la fraternidad. Para nada, no salimos de un huevo o acabamos de abrir los ojos, somos parte de un mismo instinto tan antiguo como el tiempo. Siempre que hubo poder hubo resistencia y buscamos aún más, buscamos que dicha resistencia se desborde y colaborar en la construcción de un mundo de individuos libres. Apasionadamente libres. Potenciamos para eso la rebelión y el mutuo apoyo, fuerza de la solidaridad que abre el juego entre las miserias del mundo tecnológico actual.
En estos últimos tiempos en esta parte del territorio hemos sufrido una embestida del reformismo y sus ejércitos de defensores de la normalidad que han intentado sacar a los sectores antiautoritarios de la lucha contra los grandes megaemprendimientos del capital. Afortunadamente podemos decir que la embestida fue dura pero no hizo mella. La pelea se mantiene y como es por la vida no la van a parar un par de acomodadores del miedo. El repertorio tuvo desde acusaciones clásicas de violentos hechas por los siervos de los partidos para los cuales nuestra autodefensa es un pecado hasta vanos intentos de sabotear las actividades.
En el mundo entero la situación represiva sigue siendo muy dura a nuestros compañeros. Los griegos sostienen una dura lucha contra un fascismo cada vez más grande apoyado por la policía y bastos sectores reaccionarios. Varias operaciones en una ola represiva impresionante se ha levantado contra los compas de Italia, considerados el enemigo interno número uno del Estado asesino italiano. La última, llamada garrapata (como solía llamar el fascismo al antagonismo) contra la resistencia a la instalación de los “trenes de alta velocidad”. Resistencia que abarca a los Estados de España, Italia y Francia y que es para llevar básicamente mercancía y trabajadores de un lado a otro de forma más barata y rápida para los capitalistas a costa de la devastación de los suelos y el aumento de la explotación. También abundan los presos, en Méjico, Francia, Rusia, Suiza, España, etc, etc, etc… Más cerca, en Chile, los compas aprietan los dientes, también los hay presos de Evo mientras todos los Estados “progresistas” de la región afilan sus armas contra la resistencia a su orden y directivas.
Pensar y hacer, hacer y pensar desde y en libertad será su carma siempre, hacerlo cada vez más es nuestro camino para no dejarnos pisotear ni imponer más muerte disfrazada de vida. Los compañeros encerrados, represaliados y fugados en todas partes del mundo no están solos. Cada acción libre es tanto un abrazo para ellos como un grito que avisa: mientras nos quieran robar la vida e imponer su podrido mundo habrá resistencia.
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