En Civitavecchia (Roma), a principios de octubre se dañaron seis vehículos de los cazadores. Se rompieron las ventanas mediante el lanzamiento de bolas de acero desde nuestro coche en movimiento. También pusimos clavos en los neumáticos, pero lamentablemente no pudimos terminar nuestro trabajo a causa del retorno de los propietarios de los vehiculos.