No es sorpresa que torturen a lxs presxs en las cárceles, tampoco lo es que difundan la idea de que es necesario un «impacto» sobre la Tierra para seguir viviendo conectadxs a un teléfono celular, y como «la gente» utiliza esos aparatos por ende tiene que estar a favor de la explotación minera que -según nos «informan»- no contamina sino que produce un «impacto» necesario sobre la Tierra para beneficio de la sociedad.
Por motivos como éstos despreciamos las relaciones que solidifican el status quo, hasta aquellas de menor escala que se encierran en una casa y se la denomina familia, y que de vez en cuando se ensancha para festejar el carnaval (por ejemplo) en una tradición hipócrita donde se requiere la ilusión ingenua de que las calles son de «la gente», y cuando no hay excusas para salir a las calles masivamente se dice que las mismas no tienen dueño, que son de nadie y reclaman seguridad por parte de la policía.
¿Qué es lo que festejan?
Ante la miseria de saber que están más controladas de lo que pueden percibir, dicen todo al revés ¿Quién tiene el control de las calles? la policía. Y donde se les escapa algo aparece algúna otra aspirante a policía que ilegalmente quiere ocupar su cargo. Es la misma actitud policial. Así «la gente» se aferra a su miseria mercantil para asegurarse de que tiene algo por que luchar, porque no se les cae ni una sola idea fuera de lo común.
A la 1 del sabado 4/2 atacamos con un artefacto incendiario un patrullero de la Policía Federal Argentina en frente de la comisaría número 23.
Esta acción anuncia que la policía va a ser atacada por lxs amantes de la libertad, ya sea con fuego, balas o una carga explosiva.
Las justificaciones de su accionar sólo pueden convencer a lxs que tienen el cerebro domado, por eso nuestro llamado es a continuar con el ataque directo a la autoridad por parte de quienes les queda algo de dignidad en sus entrañas.
Amigxs de la Tierra / Federación Anarquista Informal.