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Crónica reflexiva sobre el cerco de lo habitual.
El despertador en la mañana le da aviso a Abdel Halim de que su jornada comenzó. Un doméstico y pequeño aparato ha roto el sueño de Abdel Halim y con un estruendoso sonido lo ha obligado a levantarse. Es realmente increíble cómo nuestros movimientos en este tren que llamamos tiempo son limitados y gobernados por aparatos como éste, cuyo corazón no son más que dos tubos energéticos que no superan los seis centímetros, y que la contemporaneidad ha llamado “pilas”. Y no es solo eso, la existencia de Abdel Halim también depende de ese aparato. Sin su despertador se quedaría dormido en reiteradas ocasiones, tendría problemas en su puesto laboral y probablemente el corbatín que se d Seguir leyendo Texto: Crónica reflexiva sobre el cerco de lo habitual.